Han pasado 15 días desde que la empresa Repsol derramó 10 mil galones de petróleo en el mar peruano, afectando principalmente a las playas de Ventanilla y Ancón. Este ha sido catalogado como el peor desastre ecológico que ha vivido el Perú en los últimos años; sin embargo, la empresa aún no logra remediar los daños.
Se ha cuestionado a la empresa por su forma de comunicar el hecho, o de no hacerlo de forma efectiva, y por la manera en la que están limpiando las playas. El poco personal desplegado estaría usando recogedores de basura.
Ante esto, un grupo de investigadores de la Universidad Nacional de Ingeniería (UNI) tomaron manos en el asunto. Se conformó un grupo científico con especialistas en ingeniería de petróleo, ingeniería ambiental y del Centro Peruano Japonés de investigaciones Sísmicas y Mitigación de Desastres (Cismid).
El equipo hizo una visita de trabajo al mar de Ancón el pasado 27 de enero. Navegaron la zona y observaron que aún quedan cúmulos de crudo flotando en el agua. Parte del derrame de petróleo ha sido limpiado, pero otra se ha desplazado hacia el norte y se está impregnado en la línea de costa.
Los especialistas señalaron que las condiciones actuales de la playa de la bahía de Ancón son peligrosas para los bañistas, porque está impregnada con petróleo.
Según la Dirección General de Salud Ambiental (Digesa), en al menos 24 playas entre Ventanilla (Callao) y Chancay (Huaral) se detectó contaminación por petróleo. Solo en Ancón están 13 de estos balnearios contaminados.
MÉTODO DE INVESTIGACIÓN
Miguel Estrada, ingeniero e investigador de la UNI, que forma parte de este equipo, explicó que están usanto la técnica de fotogtamería de alta precisión. Usan el procesamiento de imágenes con drones, las cuales están logrando identificar las zonas afectadas por el petróleo. Esta es una información fundamental para realizar las labores de limpieza y remediación ambiental. Este estudio sería complementado con la toma de muestras, para determinar la profundidad de penetración del petróleo en la arena.
En la visita técnica que hicieron el 27 de enero obtuvieron varias imágenes de las playas Los Pocitos, Hermosa y Conchitas. “Están completamente afectadas [por el derrame]”, señaló Estrada.
ACCIONES NECESARIAS PARA REMEDIAR EL DAÑO AMBIENTAL
Según los investigadores de la UNI, entre las acciones para remediar este daño ambiental es el retiro de la arena de las playas. Además, si el lugar está profundamente afectado, habría que reemplazar ese material por otro no contaminado.
En el caso de las piedras, se podrían aplicar químicos, por lo que es importante conocer el tipo de petróleo que se vertió. Otra opción sería retirarlas de la zona de playa.
Para poder desarrollar todos estos trabajos se necesita la identificación detallada de las zonas y conocer la dimensión del daño.
“Me parece que [Repsol] no ha hecho una correcta identificación del área dañada, ni tampoco han determinado el nivel del daño en los distintos sectores afectados. Nosotros como ingenieros para hacer cualquier intervención adecuada necesitamos saber qué es lo que pasó”, dijo Estrada.
Repsol pudo haber contratado empresas que hacen estudios fotogramétricos con ayuda de helicópteros para identificar la magnitud de los daños. Así, en uno o dos días se habría conocido el estado.
“En el tema de la limpieza [Repsol] no ha identificado muy bien la problemática, porque sino estaría usando personal técnico capacitado y los materiales adecuados para hacer este trabajo de limpieza [...] Hay un problema no técnico, sino de actitud de la empresa. Se tiene el conocimiento para hacer este tipo de actividades de contención, recuperación y limpieza; esto está en muchos planes de contingencia”, agregó Estrada.
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