En la reciente entrevista de Pedro Castillo con Fernando del Rincón, para CNN, se volvió a mencionar el tema de darle salida al mar al país vecino Bolivia. Pero existe ya una franja de la costa cedida a este país hasta 2091: Bolivia Mar. ¿Qué pasó con ella?
En el año 2017, David Herrada fue nombrado cónsul de Bolivia en Ilo, en el departamento de Moquegua. En ese entonces dio una entrevista a CNN para hablar justamente de este tema.
Pero lo cierto es que ya contaban con una franja de cinco kilómetros de largo y menos de un kilómetro de ancho que Perú le cedió al país vecino en 1992 por 99 años.
¿DÓNDE ESTÁ BOLIVIA MAR?
Al sur de la Costanera, una carretera que recorre el litoral peruano, se puede ver un cartel verde con letras blancas que indica que de frente se puede llegar a la ciudad de Tacna y a la derecha, se puede acceder a Bolivia Mar.
Lo único que se logró construir aquí es una escultura de 21 metros, ahora oxidada, con la forma de dos rostros de mujer: una que mira hacia Bolivia y la otra, hacia el Pacífico.
“Lamentablemente, las poblaciones de Ilo como de Bolivia no nos enteramos (bien del proyecto). Todo el mundo piensa que Bolivia Mar es para (construir) un gran puerto. Pero, en realidad, es (solo para) turismo”, explicó Herrada a la BBC Mundo.
¿QUÉ DECÍA EL ACUERDO?
El entonces presidente Alberto Fujimori y su par boliviano, Jaime Paz Zamora, firmaron el acuerdo que cedía esta franja de la costa al país vecino. Se decía que la concesión serviría para reducir los lazos comerciales con los puertos chilenos de Iquique y Arica, por donde Bolivia suele ingresar y despachar la mayor parte de su mercadería.
Los convenios de Ilo estipulaban dos elementos: crear una zona franca industrial en la ciudad peruana y dar facilidades a los bolivianos para que usaran las instalaciones portuarias de esa localidad.
Estos tratados no daban a Bolivia soberanía sobre la franja, solo le autorizaban a darle un uso: el turístico.
Sin embargo, tras 26 años, Bolivia Mar era un desierto.
ACCIONES PARALIZADAS
Las actividades en la zona nunca se pusieron en marcha y solo un pequeño grupo de empresarios bolivianos la utiliza porque sus tarifas son más caras que las de los terminales chilenos.
Los pescadores peruanos son los únicos que le sacan provecho, y aseguran que está llena de rocas afiladas, que espantan a las barcas. Instalar un rompeolas, ampliar el área de baño y habilitar un acceso menos accidentado requeriría una inversión de US$250 millones, según dijo Herrada en 2017 para la BBC.
Según fuentes portuarias en Bolivia, Perú exige garantías de que las importaciones y exportaciones bolivianas serán numerosas para desembolsar tal suma. Pero la posición de La Paz es que Lima invierta primero y rebajar sus tarifas de descarga.
“Si en este momento estamos beneficiando a la hermana república de Chile con entre US$9.000 millones y US$10.000 millones de dólares anuales, solo con exportar o importar por Ilo una tercera parte ya serían US$3.000 millones que con seguridad traerían un gran desarrollo a esta ciudad”, opinó Herrada.
En cuanto al turismo, no se ha llegado a poner ni una sombrilla. Entonces, la playa está en mar abierto y es incómoda para los bañistas.
Los bolivianos, incluso los que veranean en Ilo, no se atreven a ir a hacer turismo pues no saben si los esperan lugares donde comer y dormir. Además, la escultura en Bolivia Mar está en malas condiciones.
Herrada estaba convencido de que si Ilo llegaba a convertirse en un puerto relevante para Bolivia, la demanda crecería y se le podría dar un uso turístico a la playa. Por el momento, eso aún no pasa.
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