Han transcurrido nueve días desde que las playas de Ventanilla fueron tomadas por el petróleo que provenía de la refinería La Pampilla de propiedad de Repsol. Desde que se reportó el incidente, los medios de comunicación buscaron las declaraciones de algún representante de la empresa para conocer el plan de contingencia que pondrían en marcha y confirmar su responsabilidad. Sin embargo, desde un inicio, esta deslindó de cualquier tipo de culpabilidad.
“No ocasionamos el desastre ecológico y no puedo decirte quién es el responsable. Nosotros llamamos a la Marina de Guerra y ellos sabían”, señaló a RPP Tv Tine van den Wall Bake Rodríguez, gerente de comunicaciones de la empresa Repsol. Desde entonces se empezó a barajar la hipótesis de que el desastre sería consecuencia de la erupción volcánica registrada en Tonga, la misma que provocó un tsunami en aquella zona del planeta y generó oleaje anómalo en algunas zonas del litoral peruano y latinoamericano.
La noche del domingo 23 de enero, el presidente de Repsol, Jaime Fernández-Cuesta, se presentó en el programa Punto Final donde brindó una entrevista en la que informaría sobre los avances de la limpieza de las playas contaminadas. “Quisiera empezar preguntando ¿cuál es el tamaño de la responsabilidad que ustedes dimensionan?”, dijo la conductora del programa, pero Fernández-Cuesta se limitó a mencionar la responsabilidad de la limpieza de playas.
Minutos después, durante la misma entrevista, el directivo de Repsol indicó que la empresa ha asumido todas las responsabilidades desde el inicio. “Estamos demostrando desde el primer momento que vamos a asumir todas las responsabilidades que acarrea y asumiremos aquellas responsabilidades que los órganos civiles y judiciales determinen”, acotó.
AFIRMACIÓN ENGAÑOSA
La declaración de la gerente de comunicaciones de Repsol contradice lo señalado por su director ya que aquella aparición intentó desvincular a la empresa de cualquier responsabilidad ante el desastre. Si bien no existe un documento que señale como único culpable de lo ocurrido a la empresa en cuestión, es de conocimiento público que el derrame se originó desde sus instalaciones y, aún así, señalaron que la empresa “no ocasionó el desastre ecológico”.
Sobre el origen del desastre, el presidente de Repsol señaló en Punto Final “que algo raro estaba sucediendo en el mar del Callao, pues nunca una fuerza súbita, extraordinaria, ha sido capaz de arrancar de cuajo dos tuberías”. Además, afirmó que no fueron conscientes de la magnitud del daño hasta el día siguiente del derrame, cuando este ya había llegado a las orillas de las playas del norte de Lima.
Durante la mencionada entrevista, Fernández-Cuesta intentó referirse en todo momento a la responsabilidad de limpieza del litoral y al apoyo a las familias y trabajadores afectados. Al respecto, la premier Mirtha Vásquez señaló que no vio una respuesta inmediata de la empresa ante el desastre provocado. “Trajimos dos skimmer (máquinas para recoger crudo en el mar) con los que se empezó a limpiar porque al principio no tenían nada. No había suficiente personal y hemos desplegado a las fuerzas armadas. No hemos visto una reacción diligente de la empresa”, indicó la premier.
Además, se señaló que al segundo o tercer día del derrame “el plan de contingencia no se había desplegado”. Con todo lo expuesto, se puede determinar que lo señalado por Fernández-Cuesta, presidente de Repsol, resulta engañoso porque no existe una aceptación formal del desastre y se pretende mencionar solo las acciones desplegadas en torno a la limpieza de las áreas y comunidades afectadas.
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