La Organización de las Naciones Unidas mandará una misión de expertos a Perú, quienes llegarán en los próximos días con la misión de realizar una rápida evaluación del impacto socioambiental y asesorar a las autoridades en la gestión y coordinación a la respuesta tras el derrame de 6.000 barriles de petróleo ocurrido el sábado pasado en la refinería La Pampilla en Ventanilla.
Y es que, en un comunicado, el Sistema de la ONU en Perú informó este viernes que ha activado “de manera inmediata” los protocolos de atención de emergencias a fin de poner a disposición del Gobierno peruano, a través de una misión de expertos en desastres ambientales, el apoyo técnico que había solicitado para evaluar el impacto y las medidas de respuesta ante el derrame de crudo que ya ha afectado a más de 2,9 kilómetros cuadrados de mar y costa del país.
“El grupo de expertos estará llegando al Perú en los próximos días con la misión de realizar una rápida evaluación del impacto socioambiental y asesorar a las autoridades del país en la gestión y coordinación a la respuesta”, aseveró la organización en un comunicado.
La ONU agregó que esta misión también realizará un planteamiento de acciones efectivas para reducir el riesgo de futuros desastres y reafirmó su compromiso de seguir apoyando al Gobierno y al pueblo peruanos en esta situación de emergencia ambiental.
En esa misma línea el Ministerio de Relaciones Exteriores de Perú, que a través de sus redes sociales, detalló que el equipo de expertos de Naciones Unidas estará compuesto por técnicos especializados en respuesta rápida medioambiental, coordinación y manejo de incidentes similares al ocurrido, y planeamiento y contingencia para futuras ocurrencias.
¿Por qué hubo derrame de petróleo en el mar de Ventanilla?
El vertido de petróleo, que de momento ha afectado a unos 50 kilómetros de la costa peruana, se produjo cuando el tsunami causado por la erupción volcánica en Tonga alcanzó el litoral peruano en el momento que un buque petrolero descargaba el crudo a la Refinería La Pampilla, que Repsol opera en Ventanilla, municipio del Callao.
En ese momento no se había decretado en el país la alerta de tsunami, que fue desestimada por el Centro Nacional de Tsunamis de la Marina de Guerra del Perú, pese a que en otros países vecinos de la costa del Pacífico como Ecuador y Chile sí se dieron los respectivos avisos.
La ola hizo subir el nivel del agua aproximadamente unos 70 centímetros en diversos puntos de la costa peruana, lo suficiente como para que el mar se adentrara varias decenas de metros y provocara la muerte de 2 personas en la región norteña de Lambayeque y el derrame de crudo en La Pampilla
.Hasta ahora, el petróleo ha cubierto 1,7 kilómetros cuadrados de playas, mientras que la cantidad que sigue flotando en el agua cubre una superficie de casi 1,2 kilómetros cuadrados, según el último reporte del Organismo de Evaluación y Fiscalización Ambiental (OEFA) del Ministerio de Ambiente de Perú.El crudo también ha afectado a dos reservas naturales: la Zona Reservada Ancón y los Islotes de Pescadores, perteneciente a la Reserva Nacional Sistema de Islas, Islotes y Puntas Guaneras, donde habitan especies como el pingüino de Humboldt y la nutria marina, ambas legalmente protegidas.
El daño, sin embargo, excede lo ambiental por haber afectado también a familias de la zona que viven de la pesca artesanal y que, según estimó a la agencia Andina el Comité para el Manejo Sustentable del Calamar Gigante del Pacífico Sur (Calamasur), alcanzaría más de 1.500 personas.
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