El pasado 15 de enero se generó un derrame de petróleo, 6 mil barriles lo que lo convierte en el más grande desastre ecológico en los últimos tiempos. En principio la empresa Repsol, administradora de la Refinería La Pampilla, dio a conocer que el derrame era de menos de un barril. Sin embargo, la OEFA el domingo constató que fueron 6 mi barriles los que se volcaron de la embarcación de bandera italiana Mare Dorium, que venía a abastecer de crudo a la refinería en Ventanilla.
Desde el inicio, la vocera de la compañía petrolera afirmó que el oleaje anómalo debido a la erupción del volcán en Tonga, hizo que se esparza el hidrocarburo y no pudieran calcular el impacto del derrame. Insistía que la marea alta fue la causante del derrame y no una falla mecánica.
Sin embargo, los argumentos fueron rebatidos por un testigo excepcional de los hechos. Se trata del experimentado velerista Alec Hughes, quien acompañado de sus hijos y otros deportistas recorrían en una regata (competencia de velocidad) desde La Punta hasta Ventanilla. “Los veleristas somos los únicos testigos de lo ocurrido el día sábado”, dijo.
Comenta que navega desde La Punta hasta Ventanilla hasta Pampilla desde muy pequeño, por lo que conoce de memoria el recorrido. Recuerda que en la partida el recorrido fue lento, porque había poco viento. Cuando llegaron a la altura de Pampilla alrededor de las 2 p.m. pudieron divisar el único buque que había en el lugar. “Buscábamos arribar a la única boya que está frente a La Pampilla, es una zona antes de llegar a Santa Rosa que es una isla que se llama La Pancha. Estábamos flotando esperando viento”, contó.
Entre las 3 pm y las 5 pm es cuando escuchan un ruido. No se escuchaba como una explosión, pero sí como un tubo que se desconecta de la proa del bote. “Escuchamos ese sonido fuerte, y le preguntamos a la tripulación, qué es eso. Lo tomamos como que no pasaba nada”, recuerda.
Después de ese momento siguieron navegando, y se dieron cuenta que había una mancha de aceite en el mar. Sin embargo, no se sorprendieron porque eso es bastante común de ver, sobre todo porque hay bolicheras que descargan su aceite en el mar.
Hughes recuerda que el mar estaba totalmente plano, “la mala suerte de Repsol es que soy tablista y analizo el mar, he sido condecorado por la Marina porque he escrito un libro. Tengo un conocimiento de toda la vida”.
Señaló que por lo que vieron es mentira que el oleaje haya esparcido el combustible. “Se basan en un reporte de la Marina. Pero ellos han comprado un sistema multiboya para identificar el oleaje anómalo pero, ¿lo han estado usando? No ha habido oleaje anómalo, esa es una primera mentira”, sostuvo.
La segunda mentira, afirma, es reportar a las 11 p.m. sobre el derrame, porque Hughes tiene fotos navegando donde el mar está como un espejo. “Y eso es porque tiene petróleo”. “No puede ser que avisen a las 11 pm. He tenido mensajes que dicen que ellos no contestaban por radio, se han estado tratando de contactar con el buque y no han tenido respuesta. Eso es grave”, dijo.
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