Derrame de petróleo: segundo día de la movilización contra Repsol en protesta por desastre ecológico

Este el segundo día de protesta en la puerta de la empresa de la refinería La Pampilla de la española Repsol S.A, en el distrito de San Isidro. La compañía multinacional energética y petroquímica, con sede en Madrid, derramó más de 6,000 barriles de petróleo en el mar de Ventanilla afectando a más de tres millones de metros cuadrados del litoral peruano.

Las organizaciones civiles y organizaciones no gubernamentales (ONG) ambientalistas se juntaron en los exteriores de la empresa para reclamar y se haga cargo para que limpie esta parte del océano con el hashtag #HazteCargoRepsol, que se ha viralizado en los últimos días en las redes sociales.

Ya el viernes los manifestantes habían llegado hasta Repsol y a la sede de la embajada de España en Perú, que también está ubicada en el distrito de San Isidro.

PESCADORES TAMBIÉN HICIERON RECLAMOS

Antoni Chumpitaz, representante del Movimiento Juvenil Pachacutano, reclamó a Repsol por dejar la playa sucia de petróleo y le pareció irónico que ahora los pescadores tengan que laborar para la empresa petrolera que dejó sin trabajo a un centenar de personas.

“Repsol nos quita nuestro puesto laboral y ahora debemos trabajar para ellos por el daño causado”, dijo en una entrevista con Exitosa.

Chumpitaz dijo que un sector del gremio pesquero se siente incómodo por trabajar en esta compañía, pero no tienen otra salida, pues tienen que llevar comida a sus hogares al no haber podido acudir al mar debido al derrame petrolero.

“Trabajar para Repsol es algo que nos incomoda mucho, pero tenemos que meter la mano para limpiar las playas”, sostuvo.

El representante del Movimiento Juvenil Pachacutano, quien también es pescador, dijo que entre las playas de Ventanilla, La Lluvia, Bahía Blanca y Cavero, hay al menos 800 familias que se dedican a la pesca, por lo que se están viendo afectados en la economía.

Chumpitaz comentó respecto a las canastas de víveres que acordaron el Gobierno y Repsol como un trámite que ellos mismos podían haber hecho sin necesidad de intervención del Ejecutivo.

“Me parece algo muy simple, eso lo podríamos gestionar nosotros mismos. Como primera ministra, esperaba que (Mirtha Vásquez) fuera más drástica exigiendo a la refinería La Pampilla (que dé solución inmediata al problema), porque es un delito lo que han cometido”, concluyó.

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