El Ministerio del Ambiente (MINAM) declaró hoy, sábado 22 de enero, en emergencia ambiental por 90 días toda el área geográfica de la costa peruana que se ha visto afectada por el derrame de petróleo, mientras se van conociendo a mayor detalle los efectos del vertido en el mar cuando se abastecía una refinería operada por Repsol.
El titular de este sector, Rubén Ramírez, quien encabeza el Comité de Crisis Ambiental, aprobó la declaratoria para garantizar el manejo sostenible de los territorios que se han visto afectados desde hace una semana y donde ahora se stán realizando trabajos de recuperación, limpieza y remediación del crudo.
El daño en el mar no es cuestionado, incluso se ha pedido a los voluntarios que se encuentran en el lugar a inscribirse con el MINAM para que se les pueda otorgar la indumentaria necesaria, ya que hay un algo componente tóxico en el ambiente. El Organismo de Evaluación y Fiscalización Ambiental (OEFA) verificó la presencia de hidrocarburos en el mar y en la franja de playas de varios distritos de Lima y en la provincia del Callao.
De la misma forma, el Servicio Nacional de Áreas Naturales Protegidas por el Estado (Sernanp) comprobó que el petróleo se ha estado desplazando con la corriente en dirección norte, y ha afectado las áreas de la Reserva Nacional Sistema de Islas, Islotes y Puntas Guaneras en 512 hectáreas y la Zona Reservada Ancón en 1.758 hectáreas.
“El derrame de petróleo crudo constituye un evento súbito y de impacto significativo sobre el ecosistema marino costero de alta diversidad biológica y un alto riesgo para la salud pública”, manifestó la resolución que declara la Emergencia Ambiental en estas zonas.
EFECTOS DEL DESASTRE ECOLÓGICO
El vertido de crudo hasta el momento está afectado a una extensión de cerca de 3 kilómetros cuadrados de playa y mar. Este se produjo el 15 de enero cuando un buque petrolero descargaba su crudo en uno de los terminales multiboyas de la Refinería La Pampilla, que opera Repsol en el distrito de Ventanilla.
Este hecho, y su efecto en la vida marina y seguridad de las playas, ha indignado a la población. Así, actualmente, la Fiscalía investiga a los responsables por el presunto delito de contaminación ambiental.
El buque Mare Doricum, que descargaba el petróleo, actualmente está inmovilizado en alta mar con una carta fianza de 39 millones de dólares.
El viernes 21 de enero, Repsol informó que había retirado más de 1.580 metros cúbicos de arena comprometida y que contaba con más de 840 personas capacitadas para esta labor de limpieza. Asimismo, calcularon que este trabajo no terminaría hasta fines de febrero, lo que también fue confirmado por el Ministerio del Ambiente.
Sin embargo, el surgimiento del derrame también ha sido altamente cuestionado. En un primer momento, la empresa declaró que el derrame era mínimo. Pero cuando el ministro Ramírez visitaba personalmente las playas se dio cuenta que era mucho mayor: de unos alrededores 6 mil barriles.
En una entrevista con El Comercio, un grupo de veleristas que participaban en un campeonato el día del derrame en las inmediaciones del lugar, dijeron que ese día oyeron un ruido estridente tras otro. Ellos ya estaban saliendo del mar por falta de viento y oleaje. Aseguraron que Repsol mintió.
“Fue un sonido metálico, casi como un estallido, y dos minutos después hubo otro. El mar estaba plano, no había oleaje, no había vientos, ninguna condición particular”, declaró el velerista Alec Hughes, quien dijo sentir que el ruido provenía del buque.
Repsol ha atribuido el hecho al oleaje anómalo por la erupción volcánica en la remota isla de Tonga.
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