La historia de una madre y su hijo que torturaron hasta la muerte a su exesposo y a su nueva pareja por la ambición de una casa

El suboficial de la policía, acusado de haber ayudado a los asesinos, se encuentra libre debido a un error en la redacción de la sentencia.

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Jack Mifflin Díaz, su madre Isabelle Graciela Díaz Salcedo y el policía Melanio Eberto Briceño Panduro durante el juicio. Foto: Ministerio Público
Jack Mifflin Díaz, su madre Isabelle Graciela Díaz Salcedo y el policía Melanio Eberto Briceño Panduro durante el juicio. Foto: Ministerio Público

En agosto de 2019, la Tercera Sala Penal Liquidadora de Lima Norte condenó a treinta y cinco años de prisión a Jack Mifflin Díaz y a su madre Isabelle Graciela Díaz Salcedo por el delito de parricidio y homicidio calificados, tras asesinar a Samuel Mifflin, padre de Jack y expareja de Isabel, y a su esposa Irma Peralta, en una vivienda en el distrito de Comas.

Habían golpeado, torturado y pasado electricidad en el cuerpo a las víctimas. Ya moribundos utilizaron una cadena para ahorcarlos. Los cuerpos fueron encontrados en bolsas de basura en una calle de Carabayllo.

Jack asesinó a su progenitor por la disputa del inmueble. Tenía un resentimiento que había acumulado a través de los años con la víctima como lo hizo saber en la audiencia de prisión preventiva en mayo de 2019.

“Yo tengo muchos traumas por cosas que mi padre me hizo a mí. Siempre me ha maltratado y a mi madre también, por eso lo maté. Las otras personas no tienen nada que ver, yo me hago responsable, condénenme a mí y no a mi familia. Todo el rencor y el odio lo pasé porque me ha marginado, yo me hago culpable, estoy mal”, contó.

Allí, además de la acusada Díaz Salcedo, también se encontraba Melanio Briceño Panduro, la pareja de la mujer y suboficial de la Policía Nacional del Perú (PNP), quien fue acusado de proporcionar las cadenas y un arma de descarga eléctrica para cometer el crimen.

La madre del homicida se había echado la culpa, pero luego cambió la versión y pidió la ayuda de un psiquiatra para su hijo.

“Al inicio yo me declaré culpable porque Jack es mi hijo, pero la verdad es que mi hijo es el culpable. Fue lastimado constantemente por su padre, lo lastimaba luego de la escuela (...), quise culparme para ayudar a mi hijo, ayúdenlo con algún psiquiatra”, se defendió.

Sin embargo, el miembro de la PNP se declaró inocente, pues señaló que “la señora me pidió la cadena, pero fue como un favor”. Y aseguró que no sabía lo que iban a hacer con esas armas y que jamás presenció el homicidio. En la lectura final de la sentencia recibió 25 años de cárcel.

Lectura de sentencia en agosto de 2019. Foto: Ministerio Público
Lectura de sentencia en agosto de 2019. Foto: Ministerio Público

TESTIGO CLAVE

Katherine Montero Carrera, pareja de Jack Mifflin Díaz, fue la testigo clave del caso ante la PNP sobre el crimen de la pareja de esposos. Según la ciudadana venezolana, el atentado se dio por los problemas de la familia por la disputa de un inmueble.

El asesino y su madre le pidieron a la mujer que limpie los objetos con los que matarían a sus víctimas. Tras cometer el crimen le exigieron que ayude a limpiar la sangre.

La testigo clave fue puesta en libertad por la Policía Nacional del Perú (PNP) después de ofrecer su declaración.

Lectura de la sentencia en agosto de 2019. Foto: Ministerio Público
Lectura de la sentencia en agosto de 2019. Foto: Ministerio Público

LIBERAN A POLICÍA

Increíblemente, el suboficial Melanio Briceño Panduro fue liberado porque el redactor de la sentencia se equivocó al escribir el nombre de la víctima; en vez de poner Samuel Mifflin, anotó Irma Peralta. No fue declarado inocente, sino que debe esperar un nuevo juicio.

“Lo que pasa es que Jack Mifflin y su mamá tenían un grado de parentesco con el occiso Samuel Mifflin y, por eso, se comete delito de parricidio, pero en el caso de Irma Peralta que era su madrastra no tiene ningún vínculo de ascendiente, descendiente, cónyuge o excónyuge, motivo por el cual se comete homicidio calificado. Se confundieron en colocar el nombre de la víctima”, explicó Liseth Garrido, abogada de la familia Peralta, al programa dominical Día D.

La defensa del oficial de la PNP apeló la sentencia y se ordenó su liberación inmediata. Los jueces determinaron que esa falta era imposible de corregir, aunque Garrido contestó que sí era viable subsanar este error.

“Realmente se ha hecho justicia con mi persona. Han sido tres años y tres meses que he pasado en prisión injustamente. Por eso le digo, converse con mi abogado nomás (...) Si yo hubiese participado estaría en la cárcel. Han visto que yo no he participado”, se defendió el policía en el mismo programa.

La hermana de Irma Peralta pidió justicia para su familiar. “Es un policía, tiene un arma y como en muchos casos vuelven a matar, vuelven a asesinar”, concluyó.

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