Sismo en Lima: qué nuevas tecnologías existen en el mercado para cuidar las construcciones

Un experto en ingeniería civil y director de dicha carrera en UTEC, explica una estrategia para minimizar el riesgo en derrumbes de estructuras.

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Perú se ubica en la zona denominada Cinturón de Fuego del Pacífico, donde se registra aproximadamente el 85 % de la actividad sísmica mundial. Fotografía de archivo. EFE/Alanah M. Torralba
Perú se ubica en la zona denominada Cinturón de Fuego del Pacífico, donde se registra aproximadamente el 85 % de la actividad sísmica mundial. Fotografía de archivo. EFE/Alanah M. Torralba

Hoy, en horas de las mañana, se produjo un sismo en Lima. Fue de 5.6 grados en la escala de Richter que sacudió con gran intensidad la capital esta madrugada y su epicentro se ubicó a 19 kilómetros al noreste de la capital, según reportó el Instituto Geofísico del Perú.

Ante ello, nace de nuevo la consigna en si Lima está preparada para un movimiento sísmico fuerte. De acuerdo con el IGP, la capital arrastra un silencio sísmico desde 1746, lo que significa que tiene mucha energía acumulada y solo se liberará con un terremoto de magnitud 8.8 en cualquier momento. No obstante, también sufrirían daños de gran tamaño regiones como Ancash, Ica, Arequipa, Moquegua y Tacna.

Como resultado de lo acontecido en la madrugada de este viernes 7 de enero, el fenómeno obliga a las autoridades y sociedad en general a pensar en alternativas para predecir y mitigar riesgos. Más allá de aplicativos que te alertan de un temblor antes de que suceda y las recomendaciones que seguir cuando ocurre un movimiento sísmico.

Por eso, desde el punto de vista de la ingeniería civil, Giancarlo Flores Ph.D., director de la carrera de Ingeniería Civil en UTEC, señala que es necesario diseñar, construir y gestionar los sistemas viales teniendo en cuenta aspectos de resiliencia sísmica, basadas en ciencia y tecnología.

El experto explicó que el objetivo es implementar una estrategia de tres tiempos para tener una infraestructura resiliente. En esa línea, debe estar preparada para minimizar el riesgo sísmico, y que se recupere rápidamente en caso de haber sufrido daños importantes.

“Como país proclive a sufrir daño sísmico no podemos permitirnos el lujo de no estar preparados y de reaccionar solo después de que ocurran tragedias. Debemos dejar de lado la ingeniería reactiva y ser más bien proactivos en nuestra preparación”, señaló el ingeniero civil.

PREPARACIÓN SISMICA DE TRES TIEMPOS

A continuación, el director de la carrera de Ingeniería Civil en UTEC explica la adecuada preparación sísmica de tres tiempos.

1. Antes de que ocurran movimientos telúricos se debe implementar tecnologías modernas.

Primero, adaptar la normatividad para que las nuevas estructuras estén preparadas a soportar sismos basándose en ciencia, métodos y tecnologías modernas como la implementación de aisladores sísmicos, instalación de sistemas de detección temprana, entre otros.

Segundo, mejorar las estructuras existentes con adosamientos de refuerzo que mejoren el comportamiento sísmico de estructuras diseñadas bajo estándares antiguos. Todo ello basado en un análisis de riesgo sísmico para enfocarnos en las zonas o regiones con mayor potencial de daño.

2. Uso de drones con inteligencia artificial luego de un terremoto.

Se debe identificar rápidamente el estado de la infraestructura para enfocar recursos en las estructuras debilitadas a fin de evitar colapsos que puedan incrementar el costo humano durante las operaciones de rescate.

“El uso de drones con sistemas de inteligencia artificial nos permitirá una rápida clasificación de la infraestructura dañada por nivel de riesgo de colapso. Dependiendo de la gravedad de la situación, también podríamos contemplar la instalación temporal de viviendas, escuelas o centros de salud de emergencia”, señaló el experto.

3. El tercer tiempo ocurre una vez que los equipos de rescate han concluido su labor.

Nos debemos enfocar en la recuperación del área afectada, levantando escombros —y reciclándolos para su reúso durante la etapa de reconstrucción—, habilitando estructuras que hayan sufrido daños mínimos, y demoliendo aquellas que presenten alto riesgo o cuya refacción sea demasiado costosa o que representen riesgo potencial para sus usuarios.

Sin embargo, es vital precisar que en todos estos casos se debe buscar llevar a todas las estructuras salvables al nivel establecido por las normas sismorresistentes más actuales.

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