El cruce de los jirones Cusco y Andahuaylas fue el punto de encuentro para el homenaje a las víctimas en el incendio de Mesa Redonda hace ya 20 años. Hasta el lugar llegaron deudos de las víctimas, así como los bomberos que atendieron la emergencia aquella trágica noche del 29 de diciembre.
El jefe de la cuarta comandancia departamental de bomberos Lima Centro, Mario Casaretto, contó que los bomberos presentes que tienen con una rosa blanca fueron los que participaron en el incendio de Mesa Redonda.
“Estamos presentes para dar un mensaje en homenaje a los deudos y recordar que los pirotécnicos traen consecuencias fatales. La policía sigue haciendo trabajos, tratando de incautar este tipo de productos. Es lamentable porque los padres de familia todavía buscan el producto, porque sin demanda no podrían venderlo. Queremos hacer un llamado a los padres de familia, para que esto no se repita”, expresó Casaretto en declaraciones a canal N.
En otro momento, el reportero de canal N buscó los testimonios de los presentes. Un hombre contó que él tenía 18 años cuando ocurrió la tragedia y ese día había ido a vender en la zona junto a su hermana de 13 años. “Salimos a trabajar como ambulantes, estábamos trabajando, cuando iba a oscurecer. Escuchamos unos ruidos por Andahuaylas y mi hermana me dijo para irnos y le dije que se espere. Ella sale y yo salgo después y la encuentro en el piso asfixiada”, contó.
La hermana, también presente, prosiguió el relato: “Me caí en la puerta de la galería Mina de Oro. Era indefensa por la edad, hasta que siento una mano que me jala y era mi hermano. Gracias a Dios sobrevivimos”.
Otra persona presente contó que su madre vendía y falleció quemada. Pidió justicia a las autoridades. Recordemos que muchos cuerpos no llegaron a ser reconocidos.
“Cuántos gobiernos han pasado y no encontramos justicia. Por desgracia mi esposo falleció. Es injusto que esperemos tantos años y ningún gobierno ha hecho justicia. El estado nunca nos ha resuelto”, cuenta una mujer que perdió a su esposo esa noche en Mesa Redonda.
HECHO TRÁGICO
Los primeros reportes del incendio de Mesa Redonda hablaban de 67 muertos. A las 48 horas, el reporte oficial se elevó a más de 280. Ahora se sabe que fueron más de cuatrocientas las víctimas del siniestro. A los fotógrafos, bomberos y policías que llegaron aquella noche del 29 de diciembre de hace 20 años, no se les borrará de la memoria olfativa, el olor a cuerpos carbonizados. A cenizas. A lodo. Aquella masa chiclosa en que quedaron convertidos los cuerpos.
Y todo lo originó un “chocolate”, un pirotécnico que era probado dentro de una galería que a su vez era almacén de fuegos pirotécnicos. Todo sucedía a solo un kilómetro de la plaza de Armas de Lima.
“Mucha gente que quedó atrapada y solo se le reconoció por el pelo, nada más”, recuerda el excomandante del Cuerpo General de Bomberos Voluntarios del Perú (CGBVP) Tulio Nicolini, quien estuvo a cargo de la emergencia, donde participaron 14 compañías de bomberos y unos 250 hombres de rojo.
Los bomberos tenían abastecimiento de agua para las bombas; además, Sedapal y las municipalidades apoyaron con camiones cisterna.
El problema era llegar al corazón de la emergencia: mientras los hombres de rojo trataban de avanzar para luchar contra el infierno y salvar vidas, los ambulantes y comerciantes obstruían el paso con sus carretillas. Su preocupación era salvar su mercadería. Paradójicamente, muchos se encerraron en los inmuebles, negándose a deshacerse de sus productos. En ese lapso, el fuego consumió dos manzanas juntas.
El excomandante Nicolini cree que se hubiera podido actuar más rápido sin la muchedumbre en contra. Nuestra falta de ciudadanía pasándonos factura.
Eran fiestas de fin de año y el presidente Alejandro Toledo se encontraba con su familia en el balneario de Punta Sal (Tumbes). Nicolini lo mantuvo al tanto de los hechos y a las tres de la madrugada, Toledo ya estaba en el lugar de la tragedia.
El jefe de Estado declararía duelo nacional por las víctimas (domingo 30 y lunes 31 de diciembre) y anunciaría la prohibición de la producción y comercialización en el país de productos pirotécnicos.
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