El 28 de julio de 2021 ingresó el nuevo Congreso de la República encabezado por María del Carmen Alva, de Acción Popular. Infobae preguntó a los periodistas y comunicadores Luis Jochamowitz, Manuela Camacho y Ana Lucía Mosquera Rosado, cuáles eran sus reflexiones acerca de este nuevo Parlamento desde que inició hace seis meses.
Para Luis Jochamowitz, autor de Días contados, el presidente Pedro Castillo no da muestras de aprender y sigue impávido ante la situación en el Palacio Legislativo. Además, consideró que el Parlamento anterior es tan malo como el de ahora.
“Lo malo es la presencia de intereses particulares de partidos que representan grupitos económicos como las universidades y la descomposición de los partidos políticos que tienen representaciones malvados”, dijo.
Pese a esto, el periodista indicó que lo bueno es que las agrupaciones políticas están divididas. “No tienen poder, no van a durar mucho porque se neutralizan entre ellos”.
“Hay una hipocresía muy profunda. Se bajan a los que quieren en nombre de la anticorrupción cuando es un sistema de falsedad”, afirmó.
En esa misma línea, va la periodista Manuela Camacho, de Dilo Fuerte, quien consideró que hay muchas cosas por mejorar en el Congreso de la República, sobre todo, por lo que pasó con la Superintendencia Nacional de Educación Superior Universitaria (SUNEDU).
“Algunos congresistas siguen demostrando que muchos ocupan una curul para ser lobbistas o defender los intereses de gremios específicos, y amigos a los que les deben favores. Quedó claro con la aprobación de la Comisión de Educación a dos dictámenes que atentan directamente contra la reforma universitaria y la SUNEDU. Un salvavidas que amplía el plazo para las universidades no licenciadas (que ya habían tenido tiempo de sobra y ampliaciones para mejorar sus estándares y jamás les importó) y la búsqueda de un puesto en el directorio de SUNEDU para representantes de las universidades, obviando el conflicto de ser juez y parte”, sostuvo.
Según Camacho, lo bueno que ha tenido este Parlamento es que “aprobó declarar de interés nacional y necesidad pública la emergencia alimentaria en el Perú, más conocido como la Ley de Emergencia Alimentaria”.
“Esta ley reconoce la importancia y valor de las ollas comunes y comedores populares como sistemas sociales organizados y busca que se les brinde el apoyo necesario para el funcionamiento adecuado”, agregó.
La periodista aseguró que lo más feo que pudo haber hecho este Congreso fue cuando la Comisión de Ética blindo al parlamentario Luis Cordero Jon Tay, de Fuerza Popular (FP), quien fue denunciado en el año 2014 por tumbar al suelo a su expareja y propinarle varias patadas, una de ellas en la garganta.
“Con argumentos machistas como que el parlamentario “es un caballero” y que “se trata de un asunto de pareja” en un inicio se negaron a abrir una investigación al congresista de Fuerza Popular luego de una grave denuncia de su expareja por maltrato físico, psicológico y difusión de un video íntimo de carácter sexual. Luego, tras la presión popular dieron marcha atrás, pero el mensaje que dejaron a todas las mujeres del Perú fue claro: ni siquiera en el Congreso tu denuncia importa”, dijo.
El caso de la SUNEDU también es un tema que trata en esta conversación con Infobae Perú, la comunicadora, investigadora, docente y activista afroperuana, Ana Lucía Mosquera Rosado.
“Yo soy profesora universitaria y me parece realmente condenable que estén intentando traerse abajo una reforma, que tiene muchos puntos para mejorar, pero que promovía calidad educativa, a través del establecimiento de ciertos requisitos mínimos que deberían tener los estudiantes universitarios. Esto no se hace con un fin lógico sino para seguir lucrando con la educación de baja calidad que, posteriormente, va a tener a las egresados profesionales de estas universidades en un círculo de trabajo informal y mal remunerado porque no van a estar de acuerdo con el rendimiento que se les espera como profesionales”, dijo.
La investigadora académica indicó que “si queremos mejorar la calidad de profesionales tenemos que mejorar la calidad educativa; y esto se mejora colocando requisitos mínimos que permitan no solamente que una persona vaya a la universidad para que le den información, más bien, permite que puedan desarrollarse y tengan un pensamiento crítico, a través de la investigación, exploración y análisis de las diferentes problemáticas”.
“Esa es la principal propuesta que tiene la reforma universitaria en la SUNEDU, pero se la quieren traer abajo en el Congreso y es perjudicial porque baja la valla de la calidad educativa, no ofrecen a los estudiantes la infraestructura necesaria para desarrollarse”, agregó.
Mosquera Rosado coincidió con Manuela Camacho en que hay intereses particulares en el Palacio Legislativo, “que no van a priorizar el bien de la ciudadanía, sino su propio beneficio”, aunque consideró que eso no es solo un problema del Parlamento peruano, pues sucede en “la política, en general”.
“No se pone a la persona al centro de la política estatal; se ponen los intereses particulares al centro de la política estatal y eso es realmente perjudicial, vergonzoso y lamentable, sobre todo, en la reforma universitaria porque no propone ningún cambio; solo se la quieren bajar, pero no dicen qué quieren hacer sobre ello”, comentó.
La activista afroperuana dijo, tras los pedidos de vacancia contra el presidente Pedro Castillo, que “hay un diálogo hostil entre el Ejecutivo y el Legislativo, pero creo que se ha desgastado mucho esta figura de la vacancia presidencial”.
“Tenemos a presidentes que no pueden continuar con sus actividades porque están enfrentados constantemente a la interpelación de sus ministros y eso no ha pasado ahora, viene pasando desde el inicio del gobierno de Pedro Pablo Kuczynski (PPK). No permiten que haya sostenibilidad con respecto a la gobernanza. Ese es un problema complejo y los pedidos de vacancia contra este gobierno no han sido la excepción. No permiten que nos enfoquemos en poder juzgar los actos del gobierno que está, básicamente, parado. Tienen que luchar constantemente con el Legislativo. Así, es mucho más complejo que puedan promover o hacer acciones de manera sostenida y permanente, y le da una excusa al Gobierno para que no haga su trabajo. Los pedidos de vacancia tienen el objetivo claro de desestabilizar y quitar a la persona de la presidencia”, mencionó.
Mosquera Rosado aseguró que el mandatario Pedro Castillo “no está haciendo un trabajo adecuado hasta ahora”, pero “es un presidente que ha sido elegido por voluntad popular. Estamos hablando de las libertades personales, hay que respetar la democracia, eso no significa que no haya vigilancia o una evaluación desde el Congreso como ente fiscalizador, pero no se puede continuar desestabilizando a un Gobierno simplemente porque no te gusta la persona que está allí”.
La docente académica también reflexionó sobre la labor de la presidenta del Congreso de la República, María del Carmen Alva, estimando que tiene una “actitud ambivalente”, aunque supuestamente está para dialogar con el mandatario Pedro Castillo.
“Por un lado tiene un discurso de ‘vamos a trabajar con Castillo’ y por el otro lado tiene estos discursos por debajo de la mesa que intentan desestabilizar, censurar, interpelar, por conductas que podrían encontrarse en integrantes de su partido o en función a contrataciones de su persona para su despacho congresal. En vez de tener el rol de articulación, como lo tuvo Mirtha Vásquez en su momento como presidenta del Congreso, Alva entorpece el trabajo”, manifestó.
Mosquera Rosado recordó el viaje que hizo María del Carmen Alva a España para ofrecer un mensaje contra el Gobierno ante el Parlamento de ese país en las reuniones que tuvo con los representantes europeos.
“Ella ha viajado a un Congreso a pedir que no se reconozca la soberanía de un presidente elegido democráticamente. Es bastante peligroso lo que está haciendo. No está cumpliendo con su rol de manera correcta y podría haberse utilizado para hacerse consensos que todos necesitamos porque ya estamos hartos que cada día haya un nuevo escándalo político en el país”, concluyó.
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