Navidad: conoce en qué celebración es protagonista la emblemática Danza de Tijeras

Esta emblemática danza es patrimonio cultural de la Nación y declarada Patrimonio Cultural Inmaterial de la Humanidad por la Unesco.

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Danza de tijeras: una ancestral costumbre peruana
Danza de tijeras: una ancestral costumbre peruana

La celebración de la Navidad se manifiesta de diversas maneras en los Andes peruanos, animadas con danzas y música de cada región. Y una de las más peculiares tiene lugar en Huancavelica, donde es protagonista la emblemática Danza de Tijeras, patrimonio cultural de la Nación y declarada Patrimonio Cultural Inmaterial de la Humanidad por la Unesco.

Este baile debe su nombre a las dos hojas de metal pulimentado, parecidas a las de una tijera, que los bailarines blanden en su diestra. Se ejecuta en cuadrillas y cada una de ellas –formada por un bailarín, un arpista y un violinista– representa a una comunidad o un pueblo determinado.

Considerada una de las expresiones artísticas de mayor exigencia física y dueña de un aura mística singular, la Danza de Tijeras es un baile ancestral andino que tradicionalmente celebra su festival en Huancavelica, del 23 al 26 de diciembre.

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La Danza de Tijeras es también protagonista de las celebraciones navideñas en Huancavelica, teniendo como escenario central el atrio de la iglesia de San Francisco de la ciudad. Al término de la tradicional Misa de Gallo se desarrolla la adoración al niño Jesús y, como parte de ello, se exhibe la tradicional Danza de Tijeras en la modalidad de atipanakuy o duelo entre bailarines.

El atipanakuy puede durar muchas horas y los criterios para determinar quién es el vencedor son la capacidad física de los ejecutantes, la calidad de los instrumentos y la competencia de los músicos que acompañan la danza. Los bailarines, que llevan atuendos bordados con franjas doradas, lentejuelas y espejitos

Para interpretar la danza se ponen frente a frente dos cuadrillas de bailarines, quienes al ritmo de las melodías interpretadas por los músicos que les acompañan, tienen que entrechocar las hojas de metal y librar un duelo coreográfico de pasos de danza, acrobacias y movimientos cada vez más difíciles.

Los danzantes tienen prohibido ingresar a las iglesias con esta indumentaria porque sus capacidades, según la tradición, son “fruto de un pacto con el demonio”. Es por ello que su participación se desarrolla en el atrio del templo. Sin embargo, esto no ha impedido que la danza de las tijeras se haya convertido en un componente apreciado de festividades católicas como la Navidad.

La Danza de Tijeras es interpretada tradicionalmente por los habitantes de los pueblos y las comunidades quechuas del sur de cordillera andina central del Perú (Huancavelica, Ayacucho y Apurímac) y, desde hace algún tiempo, por poblaciones de las zonas urbanas del país.

Además de la Navidad, la Danza de Tijeras suele interpretarse para recibir el Año Nuevo y en la Bajada de Reyes que se celebra el 6 de enero. Estas fechas coinciden con la celebración indígena del solsticio de verano.

Los conocimientos físicos y espirituales implícitos en la danza se transmiten oralmente de maestros a alumnos, y cada cuadrilla de bailarines y músicos constituye un motivo de orgullo para los pueblos de los que es originaria.

La Danza de Tijeras fue declarada, en 1995, Patrimonio Cultural de la Nación, y en 2010 fue inscrita en la Lista Representativa del Patrimonio Cultural Inmaterial de la Humanidad de la Unesco.

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