Estudio científico resuelve la duda de si tu perro te quiere de verdad o solo por la comida

Unas conclusiones del doctor Goergy Berns, neurocientífico de la Universidad Emory en Atlanta, sobre el estudio del cerebro de los perros.

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ILUSTRACIÓN - Acariciarle la cabeza
ILUSTRACIÓN - Acariciarle la cabeza y abrazarlo son dos gestos que no placen mucho al perro. Foto: Christin Klose/dpa

El mejor amigo del hombre es el perro. Pero a veces nos preguntamos si en verdad nos quieren o es que buscan un interés como la comida para hacernos caso. Son consignas que pocos pueden resolver debido al lado subjetivo de la amistad entre ambos. Sin embargo, un estudio científico de una universidad ha sido capaz de encontrar la respuesta a este problema.

El doctor Goergy Berns, neurocientífico de la Universidad Emory en Atlanta, es un experto en el proceso cerebral perruno que lleva años investigando la conducta de estos animales. Tal y como recoge una entrevista realizada por el medio The New York Times, después de haber perdido a su perro, decidió indagar su relación con él había sido de amor recíproco o si por el contrario, su mascota solo le había dado cariño y compañía a cambio de comida y paseos por el parque.

“El conjunto de mi investigación me ha hecho darme cuenta de cuan similares a nosotros son muchos animales”, indicó el experto

Con esas acciones, inició el proyecto para descubrir la respuesta: sí, tu perro te quiere más allá de la comida, sí, tu perro te quiere tanto o más por tus muestras de afecto que por la comida que le das.

“El gran impedimento para realizar este tipo de pruebas fue encontrar alguna forma de llevar a los perros a una resonancia magnética y hacer que se queden quietos durante el tiempo suficiente para obtener imágenes útiles”, indicó el neurocientífico.

Cabe resaltare que colaboró con un entrenador de perro para construir un simulador en su sótano. Al estar instalado, trabajó con el perro de su familia —luego del incidente de haberlo perdido— para que este se aclimatase al ruido.

El objetivo era que aprenda a subir escaleras que lo separaban de la máquina. Una vez dentro, debía reclinarse en un reposacabezas para permanecer inmóvil durante largos periodos de tiempo. El experimento continuó con otros 90 perros, aseguró el científico. Una vez culminada las pruebas, se puso en marcha para sacar las conclusiones, escaneando los cerebros de los animales.

“Hicimos un experimento en el que dimos perritos calientes unas veces y otras los alabábamos. Cuando comparamos sus reacciones y analizamos el funcionamiento de su cerebro, vimos que la mayoría de los perros respondía igual a los elogios que la comida”, indicó el experto.

Birdie - the Bernese Mountain
Birdie - the Bernese Mountain Dog - hangs out in her house waiting to go for a walk.

“Ahora, alrededor del 20% tuvo una respuesta más efusiva ante los elogios que ante la comida”, agregó. Además, explicó que esto les hizo concluir que la gran mayoría de perros aman a sus dueños por sus gestos, más que por un plato de comida.

“Por supuesto, es difícil de saber qué están pensando los animales, porque no pueden hablar. Pero cuando miras sus cerebros te das cuenta de que cómo de parecidos son sus procesos. Te das cuenta de que no son solo cosas”, concluyó el investigador de la Universidad de Emory en referencia a sus estudios.

También se concluyó que los perros no solo identifican la cara de los humanos como elemento importante, sino que se centran en ello. Esto porque parte de su cerebro procesa dicha información.

Berns también declaró a The New York Times que su equipo también ha trabajado con leones marinos. Esto porque un gran número de ellos se quedaban varados en las playas de California.

Él reveló que el daño estaba en el hipocampo, una de las principales estructuras de este órgano y, según explica, la misma que provoca daños en las personas con epilepsia del lóbulo temporal. Un genio que buscará en sus investigaciones mayores respuestas para la ciudadanía en el comportamiento entre los animales y humanos.

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