Recordemos que apenas sucedió el evento telúrico el jefe de Estado se reunió con varios de sus ministros e instituciones especializadas en el tema como Indeci, altos mandos militares y COEN y decidieron viajar a la zona de Jalca Grande para verificar de forma presencial cuál es el estado del distrito, tras el sismo de gran magnitud.
Jalca Grande es una zona de difícil acceso debido a la falta de carreteras al lugar. Para llegar a la zona se puede tardar hasta 21 horas, ya que no hay un transporte directo y se tienen que realizar transbordos.
Cuando el presidente llegó al distrito comenzó a visitar casa por casa de forma rauda, mientras lo hacía recomendaba a las personas a ponerse a buen recaudo, ya que las posibilidades de que surja alguna réplica eran muy altas. A su paso encontró a diversos pobladores en la parte externa de sus casas y es ahí cuando encuentra a una pareja de ancianos. La abuelita se encontraba sentada en una silla visiblemente afectada por una caída que tuvo y Pedro Castillo le llamó la atención al equipo encargado de asistir a los damnificados.
“Eso es lo que les estoy pidiendo, donde está el registro de los damnificados. Estas personas no pueden estar en esta zona esperando. Hay que evacuarlos ¿Qué estamos esperando? Primero la vida, por favor”, dijo Castillo cuestionando el trabajo que había realizado el equipo al ver a la anciana mal de salud aun en la zona.
“Si si, se ha atendido los síntomas que ha presentado. Ha tenido un golpe en la parte de atrás y se ha atendido [...] No es de gravedad”, dijo el personal de primera línea frente al fuerte sismo.
A un lado también se encontraba un anciano postrado sobre una especie de cama con base de quincho, el presidente se acercó hacia él y le extendió la mano hablándole. Al parecer el ciudadano damnificado no escuchaba bien debido a su avanzada edad y tampoco veía, por lo que el jefe de Estado decide acercarse más y le pregunta en voz alta cuál es su nombre. El señor responde de forma muy delicada “Yo me llamo Antonio”.
“Don Antonio hemos venido a visitarlo, vamos a ver cómo salimos de este problemas que hemos tenido”, le dice Castillo.
“Ustedes son de la posta ¿no?”, responde el anciano con un tono de voz tembloroso y visiblemente afectado por el penoso suceso de la naturaleza.
“No, no, yo vengo desde Lima, soy el presidente, soy el profesor Pedro Castillo”, dice el jefe de Estado.
“Ahhh ya”, responde el anciano estirando sus manos.
“Pero usted no puede estar más acá, vamos a llevarlo a otro sitio porque la casa está temblando se va a caer ¿ya?”, le dice Castillo.
“Ya pasó la desgracia ¿verdad?”, replica el abuelito con una voz triste.
“Si, ya pasó la desgracia, pero a la desgracia tenemos que superarla. Fuerzas papá”, contesta el presidente y lo invita a recostarse, tal cual lo encontró. El anciano se recuesta exhalando.
Los familiares de Don Antonio le pidieron al presidente atender con urgencia la zona debido a que no tenían dónde pernoctar.
Según las últimas cifras son más de 2000 afectados hasta el momento.
SEGUIR LEYENDO