El ultraderechista José Antonio Kast y el izquierdista Gabriel Boric, con programas y conceptos antagónicos sobre el futuro de Chile, pasaron el último domingo a una segunda vuelta en las elecciones presidenciales que se definirán el próximo 19 de diciembre. Kast lideró la elección con un 28.02% de los votos, seguido por Boric, con un 25.6% tras escrutarse más del 90% de las mesas, informó el Servicio Electoral. Al no alcanzar ninguno más del 50% de los votos, la presidencia se definirá en un nuevo sufragio.
Tal como ocurrió en Perú en el primer semestre del año, las elecciones han dividido en dos al país. Oscar Vidarte, internacionalista, y profesor asociado de la PUCP, señala que hay suficientes elementos para hacer un paralelo entre lo que ocurrirá en Chile y las elecciones peruanas.
“Vemos resultados fracturados y un ambiente polarizado. Hablamos de una polarización que está llegando a extremos. Siguiendo esa línea también los extremos se están posicionando: por un lado Kast que representa a la extrema derecha, y por otro lado la confluencia que representa Boric como un partido de extrema izquierda”, precisa. En el medio quedan partidos como la democracia cristiana que quedó relegada en Chile, tal como ocurrió en Perú.
En esa línea, el experto adelantó que esta campaña de segunda vuelta en Chile será parecida a la de Perú, y no sorprenderá que hayan muchas menciones a la lucha contra el comunismo, y a la amenaza que Chile se va a volver Cuba o Venezuela. Y del otro lado, lo que significa la extrema derecha, mencionando a Bolsonaro o Trump, e incluso recordando el pinochetismo. “Podemos entrar a una dinámica de extremos: Pinochet versus Hugo Chávez”, sostuvo.
Vidarte tiene curiosidad de cómo será el comportamiento de Kast y Boric en campaña, porque hay una necesidad de ir hacia el centro, y moderarse un poco, para buscar aliados. En el caso peruano Keiko Fujimori siguió la misma línea, y más bien trató de consolidar un público votante con el miedo hacia el comunismo, mientras que Pedro Castillo tampoco fue al centro, y buscó atraer al antifujimorismo. Ninguno hizo un esfuerzo para ganar ese espacio, apunta.
En los últimos periodos presidenciales, Chile se ha debatido entre ambas ideologías: desde el 2006 gobernaron de manera intercalada Michelle Bachelet (centroizquierda) y Sebastián Piñera (centroderecha), dos mandatos cada uno. Se esperaba que en vista de las recientes protestas contra el sistema y el llamado a una nueva constitución, la sucesión recaiga en la izquierda.
“La sociedad chilena ha demostrado en los últimos años que ha fluctuado entre la izquierda y derecha, pero hoy en día no tenemos el mismo escenario que hemos visto en los últimos años, como era hablar de Piñera y de Bachelet. Ahora estamos hablando de posiciones mucho más a los extremos”, comentó el internacionalista.
Vidarte no considera que haya habido el domingo último un triunfo claro de la derecha, y todavía es una posibilidad que la izquierda gane. Pero eso se definirá en las acciones de ambos candidatos, cuando busquen conquistar ese voto moderado, a diferencia del caso peruano. Lo que vemos es una sociedad que en los últimos años ha estado muy partida, dice.
RELACIÓN PERU - CHILE
Dependiendo de quién gane en Chile, ¿podría verse afectada la relación bilateral? Para Vidarte, Perú no ha sido parte de la discusión en estas elecciones, actualmente la relación es constructiva, y no hay grandes temas que puedan alejarnos.
De cara a lo que se viene post pandemia, la prioridad debería ser reactivar la agenda entre ambos países, y por ese lado el experto no cree que haya problemas.
“En principio no afecta la relación de uno u otro. Históricamente la cooperación fluye mejor desde la izquierda, porque tiene una visión latinoamericana integracionista, pero por ejemplo Piñera demostró que siendo de derecha su gobierno fue muy cercano al Perú”. Y habiendo intereses comerciales, y económicos, es un intercambio que Kast podría empujar de llegar al gobierno.
REGIÓN POLARIZADA
Pero lo ocurrido en Perú y Chile no es exclusivo de estos países. Es algo que ya se viene delineando en Sudamérica y que puede tomar más fuerza. “Lo que veo es cómo en la región los extremos van ganando espacios, yo no dudaría que en la próxima elección colombiana, por ejemplo, también haya extremos”, expresó.
Pone también el ejemplo de lo que vemos en Argentina, el hecho que un político como Javier Milei (denominado como libertario) gane espacio político, “es ejemplo de cómo el voto se está llevando a los extremos”. Al final esta polarización se traduce en menor gobernabilidad, porque llegar a acuerdos políticos en un terreno así es mucho más difícil.
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