Trabajo remoto y semipresencial: ¿cómo construir un ambiente laboral exitoso?

La combinación de trabajo presencial y remoto es un reto para trabajadores y empleadores. Conoce ocho recomendaciones para crear un ambiente armonioso en plena pandemia.

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La pandemia continúa y surge una nueva etapa en el trabajo, el término conocido “espacios laborales híbridos”. Este significa que hay que volver a la oficina algunos días de la semana, pero el resto, se continúa con el Home Office. El trabajo remoto trae muchos beneficios, pero el reto ahora se centra en construir un espacio de armonía y éxito en ambos ambientes. Especialmente en las oficinas, a donde eventualmente retornaran todos los trabajadores.

Gabriel Dondero, gerente regional de desarrollo en Visma Latinoamérica, expertos en soluciones para RR.HH, señala que las organizaciones tienen el reto de “reconquistar” al colaborador para que regrese a su lugar de trabajo.

La situación actual exige establecer nuevas reglas en la relación laboral y tener en cuenta que todavía está la pandemia, y que conlleva riesgos y que probablemente siga el próximo año.

“El área de RR.HH tiene la misión de escuchar y entender las situaciones ante este nuevo panorama.  Debe velar por el negocio y la productividad y, a la vez, propiciar un ambiente de bienestar laboral, a pesar de la ambigüedad”, explica Gabriel Dondero.

En este marco, Visma Latinoamérica da ocho recomendaciones para tener en cuenta en la nueva realidad de los espacios híbridos de trabajo:

1. Vacunación: Para poder organizar los equipos, el área deberá hacer un mapa sobre quiénes están vacunados y quiénes no, quiénes tienen algún riesgo mayor ante esta pandemia y quiénes no.

2. Seguridad y bienestar: Las organizaciones deben velar por la seguridad y el bienestar de todos los colaboradores en su jornada laboral, ya sea presencial o remota.  Habrá que adaptar y acondicionar los espacios (en la oficina y en el hogar) según las tareas que se deban desplegar y las herramientas necesarias para hacerlo en forma eficiente, desde el espacio de trabajo hasta los horarios de realización de tareas y descansos.

3. Empatía: Conocer la situación de los colaboradores, entender lo que sucede en cada hogar, qué los preocupa, cómo se organizan -en el caso de haber adultos mayores o menores en el grupo de convivientes-, qué necesidades tienen.  Esto ayuda a buscar la mejor fórmula para establecer un “win-win” entre lo que precisa la organización y cada colaborador para rendir en su trabajo.

4. Flexibilidad: Desde marzo 2020 hasta ahora la forma de vida -incluso, en algunos casos, el lugar de residencia- de los colaboradores ha cambiado.  Habrá que indagar cuál es la situación familiar de cada uno para saber qué proponerle en cuanto a dinámica laboral en esta nueva etapa.

5. Adaptación y agilidad: Estas habilidades son muy importantes tanto para los líderes como para los colaboradores.  Hay que pensar “fuera de la caja” y crear nuevas formas de relacionamiento entre los equipos, nuevas dinámicas que contribuyan al negocio en este contexto híbrido.

6. Maximizar la productividad: En el nuevo escenario de espacios híbridos, habrá que verificar procesos y buscar herramientas de tecnología que sirvan al colaborador y al equipo según los objetivos a alcanzar.

7. Tecnología para comunicación y eficiencia: La tecnología es el mejor aliado para mantener a los equipos interrelacionados y, a la vez, agilizar el compartir tareas y crear ambientes colaborativos que permitan ahorrar tiempos y recursos. Herramientas tecnológicas que les permita a RRHH hacer por ejemplo, encuestas para medir cómo están los colaboradores tanto en lo personal como laboral, es importante usar tecnología para crear espacios de trabajo, compartir información y anuncios.

8. Relax y distensión: Propiciar momentos de “desconexión” con el trabajo para despejarse y recargar energía. Despejar la mente contribuye a recuperar el equilibrio emocional. Se puede planear experiencias de bienestar, tanto para quienes están en la oficina como en el hogar.  Asimismo, pensar en espacios de encuentro informal entre los miembros del equipo, para compartir momentos en los que se hable de otra cosa y NO del trabajo.  Esto contribuye a un mayor conocimiento del otro y fortalece lazos de camaradería.

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