El ‘Volcán de chocolate’ o por su nombre original ‘Coulant’ es más fácil de hacer de lo que solemos pensar. Se necesita un solo batido eficaz para espumar los huevos y luego un hervor corto y regular. Ese es todo el secreto de este exquisito postre.
Existe el coulant de chocolate sin gluten, que sigue siendo una referencia estrella. Quizás, porque lo seguimos elaborando con la receta original, con el mejor de los chocolates Valhrona, y con una fórmula que permite servirlo en su punto.
En esta receta te mostramos cómo prepararlo paso a paso y con un molde para magdalenas, muffins o cupcakes.
INGREDIENTES
Chocolate Semiamargo 115 Gr. (chocolate cobertura)
Harina de Trigo “0000″ 75 Gr. (todo uso)
Manteca 75 Gr. (mantequilla)
Azúcar 75 Gr.
Huevo 4 u.
Cacao Amargo c/n
PREPARACIÓN
1. Pon el chocolate y la mantequilla en un bol.
2. Deterrir ambos al “Baño María”. Para ello, poner agua en un cazo y llevar a ebullición. Después de cocinar, retire del fuego y coloque el tazón sobre la cacerola. El bowl no debe tocar el agua, es el vapor el que tiene que calentar el bol para derretir el chocolate.
3. Esperar unos minutos hasta que se empiecen a fundir ambos ingredientes y luego mezclar para incorporar hasta que se fundan por completo. Reservar.
4. En un bowl ponemos los huevos y el azúcar. Batir vigorosamente para disolver el azúcar y airear la mezcla hasta que tenga una apariencia ‘espumosa’.
5. Verter el chocolate sobre los huevos y batir ligeramente para incorporarlo. Agrega la harina, tamizada si es posible, y vuelve a batir ligeramente para incorporarla.
6. Engrase los moldes y eventualmente ponga papel pergamino en la base. Luego espolvoréalas con cacao, golpeando y girando el molde hasta que cubra toda la superficie.
7. Verter la mezcla en cada molde y llenar hasta 3/4 de la capacidad.
8. Coloca el molde en el congelador hasta que se congele la preparación, aproximadamente entre 30 minutos y 1 hora. Sacar del congelador y cocinar directamente (en horno precalentado) a 190ºC durante 10 minutos.
9. Es un tiempo de cocción corto, hay que tener cuidado al cocinar volcanes. En un principio se hará un agujero en el centro de cada uno, después de unos minutos ese centro crecerá y a primera vista debe estar cocido. En ese momento se saca del horno.
10. Desmolda con cuidado, usando una espátula o un cuchillo, coloca el volcán boca abajo en un plato y sírvelo con un poco de crema de leche líquida, también puedes batir o directamente una bola de helado.
11. Luego espolvorea con cacao o azúcar en polvo, ¡y listo, a disfrutarlo!
HISTORIA
En los años 80, durante un viaje familiar de esquí, el chef francés Michel Bras se inspiró para crear uno de los postres más internacionales y exitosos de la historia. Durante esta excursión en la nieve, el clima fue muy malo y todo el grupo tuvo que regresar a la cabaña donde se hospedaban. Reunidos a cubierto y resguardados del frío, bebieron chocolate caliente. Michel decidió recrear ese momento en un postre: un chocolate irresistible que se guarda en un bizcocho y sale de él. La creación se perfeccionó más tarde mediante pruebas y más pruebas hasta que un bizcocho pudo almacenar chocolate derretido en él.
El nombre elegido fue coulant, que se deriva directamente de las características lingüísticas del verbo ‘couler’, que significa líquido o derretido en su traducción. Pero no es un nombre tan internacional como el postre en sí, ya que adopta diferentes nomenclaturas en algunos países: en Argentina se llama volcán de chocolate, y en Italia se conoce como soffiato.
El postre fue patentado en 1981 por Michel Bras en su restaurante de tres estrellas Michelin Laguiole en el suroeste de Francia en la meseta de l’Aubrac. Fueron necesarios dos años de pruebas. El original era un brownie con una porción congelada de ganache en el interior que se derretía con el calor del horno y goteaba cuando se cortaba el exterior.
Una creación con estrella que hoy se ha popularizado y democratizado gracias a los millones de cocineros y pasteleros que la interpretan. Uno de ellos fue JeanGeorges Vongerichten, de origen galo neoyorquino, quien en 1 decidió eliminar la ganache y dejar el brownie directamente crudo. Lo llamó Pastel de Chocolate Valrhona, y fue incluso más exitoso que el anterior, ya que pobló millones de mesas en el siglo XXI.
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