La llegada de la pandemia por COVID-19 no solo afectó al sector salud a nivel mundial, también fue un duro golpe para la economía de diversos países en el mundo. Es por eso, que un reciente estudio puso en la mira a Perú con respecto a su sistema de pensiones y cuánto esto ha contribuido en la calidad de vida de nuestros habitantes.
Tras el análisis realizado en la decimotercera edición del Índice Global de Pensiones del Mercer CFA Institute (MCGPI), se reveló que nuestro sistema de pensiones tiene algunas buenas características, pero que también tiene importantes riesgos y / o deficiencias que deben abordarse. Sin estas mejoras, se puede cuestionar su eficacia y / o sostenibilidad a largo plazo.
Como bien lo sabemos, en Perú existen dos tipos de sistema de pensiones paralelos y mutuamente excluyentes.
En el momento de la inscripción, las personas pueden elegir entre un sistema público de beneficios definidos de pago por uso y un sistema de contribuciones definidas totalmente financiado y administrado por el sector privado.
Solo las personas bajo el esquema de beneficios definidos pueden cambiar, ya que es una decisión irreversible. Los empleadores no contribuyen al sistema, todas las contribuciones las realiza el empleado; sin embargo, se permiten las contribuciones voluntarias del empleador, según explica este resaltante informe.
La principal diferencia entre ambos sistemas es que el SNP utiliza un sistema de reparto, en el que el dinero aportado ingresa a un fondo común que se utiliza para pagar las pensiones de los jubilados de hoy; es decir, debe existir correspondencia entre la cantidad de aportantes y jubilados para sostener el sistema.
En cambio, el SPP utiliza un sistema de capitalización individual, en este caso, el dinero aportado ingresa a una cuenta individual propia de cada aportante y manejada por una AFP seleccionada por el mismo aportante. En este sistema el pago de los jubilados se encuentra en función al monto ahorrado más el retorno sobre la inversión y no es necesario que exista relación entre la cantidad de jubilados y aportantes, según lo define el Instituto Peruano de economía.
En términos de sustentabilidad, Mercer y CFA Institute precisan como objetivo máximo que al menos el 80% de la población en edad de trabajar debe estar afiliada a planes de pensiones privados.
También que los activos actuales de los fondos de pensiones deben ser superiores al 100% del PIB para financiar las obligaciones futuras en materia de pensiones y, por último, que la tasa de participación de la población activa de entre 55 y 64 años debe ser de al menos el 80%.
Cabe mencionar que en los otros países, las cifras revelaron que Chile cuenta con 67,0% y ocupa el primer lugar en la región, seguido muy de cerca por Uruguay que está en la posición 20 y se mete por primera vez en este tipo de listados. En cuanto a cuáles son los países que tienen los porcentajes más sólidos en cuanto a pensiones, la investigación menciona a Perú, Brasil y México.
Asimismo, vale remarcar que el valor del índice peruano disminuyó de 57,2 en 2020 a 55,0 en 2021 principalmente debido a una caída en las tasas de participación en la fuerza laboral en edades más avanzadas.
EL VALOR DEL ÍNDICE GENERAL PARA EL SISTEMA PERUANO PODRÍA INCREMENTARSE:
El estudio de Mercer y CFA Institute brindan estos consejos
-Introduciendo un nivel mínimo de apoyo para las personas de edad más pobre
- Aumentando la cobertura de los empleados en los planes de pensiones ocupacionales aumentando así el nivel de contribuciones y activos
- Reduciendo el acceso a los activos de pensiones antes jubilación
- Permitir que las personas se jubilen gradualmente mientras reciben una pensión parcial
- Mejorar los requisitos de gobernanza para el sistema privado de pensiones
(Con información del estudio Índice Global de Pensiones del Mercer CFA Institute (MCGPI))
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