Era 14 de setiembre y la familia de Gerver Coz Vara lo esperaba con los brazos abiertos para celebrar su cumpleaños numero 36. Sin embargo, el momento nunca llegó. Todo empezó cuando el taxista desapareció misteriosamente a solo un día de festejarse su onomástico. Nadie lo vio y las últimas palabras que recuerda su esposa es que le dijo que pronto regresaría de su jornada para compartir en familia.
La desesperación caló en cada uno de sus familiares, quiénes jamás imaginaron que Coz Vara tendría un final de terror, un final escalofriante, en donde solo una mente macabra puede actuar con tanta frialdad para acabar con los sueños, metas y vida de un inocente.
Desde hace cinco años, Gerver Conz Vara se dedicaba a trabajar brindando servicio de taxi por aplicativo, el cual este trabajo le permitía sostener a su familia y a sus pequeños hijos. El día de su desaparición, él salió de su casa ubicada en Villa El Salvador, asegurando que lo habían llamado para realizar una “carrera”. Desde ese entonces no lo volvieron a ver jamás.
Fueron cuatro días de angustia para toda la familia del taxista, hasta que el 18 de setiembre, algo extraño encontraron los vecinos de Cieneguilla. Movimientos dudosos y un olor a quemado en horas de la madrugada, alertaron a los pobladores.
La zona del puente Manchay en la zona arqueológica de Río Seco en Cieneguilla se tiñó del color de las cenizas al dejar que el cuerpo de un hombre se consumiera por las llamas de fuego, por la incandescente gasolina que consumía cada fibra de los restos de un sujeto descuartizado, aún desconocido.
Sin embargo, la policía a llegar al lugar intuían que podrían ser los restos de Gerver Coz Vara, es por eso que decidieron avisarle a la familia. En un arranque de desesperación solo viene su hermano, quien empieza a buscar entre las cenizas y durante su exploración encuentra unas llaves que posiblemente sería de la cochera donde Coz Vara guardaba su camioneta, su herramienta de trabajo.
Su hermano, sin dudarlo dos veces, va hasta aquel lugar y efectivamente, era la llave del cuarto de Gerver. No había dudas, era él. Una llave que no solo abrió una puerta, sino una historia de terror y venganza.
Pero, ¿Cuál fue el motivo de este crimen? Según lo familiares y la policía, el móvil de este asesinato habría sido robarle su moderno vehículo Toyota RAV 4 color beige oscuro, de placa de rodaje AEW -259, vehículo que hasta hace unos días estaba como desaparecido.
Luego de este suceso que marcó no solo la retina de los familiares al encontrar a Gerver descuartizado y quemado, la policía decidió buscar a los sospechosos y es que esta historia se convirtió en terror, ya que la cabeza de Gerver no era encontrada por ninguna zona, es por eso que no dudaron en que este crimen era un ajuste de cuentas.
Pasaron más de tres semanas para que la policía de investigaciones tuviera en la mira a un posible sospechoso y aunque nadie lo imaginaría, el día 02 de octubre, Agentes de la División de Investigación de Homicidios de la Policía Nacional del Perú capturaron a Giancarlo Sánchez Suárez de 25 años mientras manejaba la camioneta 4x4 del taxista Gerber Coz Vara de 35 años, era su vehículo y no había dudas.
“LO MATÉ, LO DESCUARTICÉ Y QUEMÉ SUS RESTOS”
Al escuchar estas declaraciones pone los pelos de punta, al contar con tanta frialdad cómo un ser humano puede ser capaz de realizar esta macabra acción contra otra persona. Estas escenas que muchos hemos visto en películas de terror, alcanzó nuestra realidad y nos muestra que lamentablemente esta sociedad está cada vez más violenta, más insegura y más sanguinaria.
“Yo lo maté, los descuarticé, quemé sus restos y su cabeza está enterrada en el patio de mi casa”, fue el testimonio que brindó Giancarlos Sánchez a los detectives del escuadrón en compañía de su abogado.
Según informaron las autoridades, el homicida fue capturado a la 1:30 de la tarde del pasado sábado 2 de octubre en la avenida Pachacútec, lugar perteneciente al distrito de San Juan de Miraflores.
A pesar de los hechos que lo vinculaban con el escenario de sangre, Sánchez negaba lo sucedido, pero su conciencia no pudo más y terminó narrando paso a paso cómo para él, sucedieron las cosas.
Giancarlo Sánchez reveló que el pasado 14 de setiembre se contactó por celular con Gerber Coz para invitarlo a celebrar, por adelantado, la fiesta de cumpleaños del occiso, ya que ambos mantenían una amistad de hace algunos años.
El taxista llegó a la vivida ubicada en el Jr. Enrique Openhimer 980, San Juan de Miraflores, donde cenaron y libaron licor. Horas después, tuvieron una discusión que terminó con la muerte de Coz.
En medio de la desesperación, Giancarlo Sánchez indicó que se planteó la opción de deshacerse del cadáver, por lo que lo cercenó dentro de su vivienda, colocó en bolsas sus restos y en la madrugada del 18 de setiembre, a bordo de una camioneta de su amigo, trasladó sus restos hacia el distrito de Cieneguilla.
Sin embargo, el momento más cumbre de esta revelación fue cuando contó qué hizo con la cabeza del taxista y cómo se hizo valer de sus conocimientos veterinarios para hacerlo beber un brebaje que contenía somníferos.
Ginacarlo Sánchez reveló que la cabeza de la víctima se encontraba enterrada en el patio de su casa, por lo que agentes de la PNP, al mando del coronel Víctor Revoredo Farfán, jefe de la División de Investigación de Homicidios, sin dudarlo, se dirigieron hasta la vivienda en cuestión.
Durante las excavaciones, encontraron la parte del cuerpo señalada, la cual había sido depositada en un recipiente de plástico con tapa, guardado en una mochila y bloqueado por concreto, bloqueado por solo una mente macabra llena de odio.
La familia de Gerver Coz Vara, pide a las autoridades que caiga todo el peso de la ley contra Giancarlo Sánchez, ya que no solo deja un terrible recuerdo de lo sucedido, sino que también este cruel asesinato deja en la orfandad a cinco niños que nunca más verán a su padre y que siempre esta historia de terror los perseguirá.
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