Las náuseas y el vómito son una reacción natural a la inestabilidad, a la pérdida del sentido del equilibrio. Nosotros tenemos, cerca del oído, un sistema que regula el equilibrio.
Por eso, cuando se empieza a mover el mundo, por ejemplo, en la navegación, en algunos casos menores en el auto, mucha gente tiene sensaciones de náuseas y, definitivamente, vomita.
El perro es un vomitador crónico, fácilmente vomita. El caballo cuando vomita, muere inmediatamente. Y el ser humano está en el medio en cuanto a esta tendencia a poder vomitar o no.
Por eso, un perro es probable que cuando viaje en auto sienta náuseas y vomite adentro. ¿Cómo lo puedo evitarlo? Primero, con hacer que el animal viaje en ayunas, si yo lo tengo que llevar al veterinario, yo ya sé que lo tengo que llevar al veterinario, entonces va en ayunas.
Segundo, si tengo un viaje largo, no tengo ninguna duda de que debe ser así. Luego, puedo prescribir ciertos medicamentos antieméticos que evitan el vómito, según lo prescriba nuestro médico veterinario de confianza.
Y, también, hay medicamentos que se llaman anticinetósicos, es decir, kinetos es movimiento. Son aquellos medicamentos que los tomás vos cuando vas a subir a un barco, sabiendo que te va a generar mareos.
Bueno, la consulta al médico veterinario y el acostumbramiento. ¿Qué es el acostumbramiento? El perro en ayunas, el perro con esta medicación prescrita por tu médico veterinario de confianza, y das una vuelta a la manzana con el auto y baja y lo premias.
Luego, dos vueltas a la manzana, tres vueltas a la manzana, diez minutos de trayecto, tomate esa precaución, tomate ese trabajo y vas a lograr el acostumbramiento del organismo del perro al viaje en función de que siempre hay una recompensa agradable y, por supuesto, no existen los signos desagradables en función de la medicación que ha prescrito tu médico veterinario de confianza.
El perro hace 200 kilómetros. En esos tramos de 200 km donde lo tenés que bajar para que estire los músculos, para que orine, para que defequen eventualmente, para que tome agua. Y viaja con el pretal que es a su vez su cinturón de seguridad, se compra en las casas de accesorios para animales y se engancha con el propio cinturón de seguridad.
*El Prof. Dr. Juan Enrique Romero @drromerook es médico veterinario. Especialista en Educación Universitaria. Magister en Psicoinmunoneuroendocrinología. Ex Director del Hospital Escuela de Animales Pequeños (UNLPam). Docente Universitario en varias universidades argentinas. Disertante internacional
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