Recompensar a un perro por el resultado positivo o correcto a una orden impartida es una excelente manera de lograr y afirmar el éxito en el adiestramiento canino. Esta metodología recibe el nombre de “condicionamiento operante” y es un aliado muy importante a la hora de enseñarle nuevos hábitos.
Las recompensas no deben otorgarse de manera indiscriminada y no puede darse cualquier cosa o alimento. Por eso, es fundamental conocer cuáles son los “premios” recomendados y cuándo entregarlos.
Una de las reglas básicas cuando se adopta un cachorro o un perro adulto es educarlo en base a las recompensas y nunca fundamentado en castigos. A este tipo de adiestramiento se lo suele llamar: adiestramiento positivo.
Se basa en incentivarlos y elogiarlos cuando hacen algo bien, cuando logran cumplimentar un desafío y sus rutinas, usando tonos y palabras amables y caricias motivadoras. Nunca se los debe castigar cuando hacen algo mal, ya que el resultado, más allá del maltrato, puede ser un animal temeroso y fóbico.
La recompensa debe llegar de manera inmediata, apenas el animal cumple con lo que se le está enseñando, entre uno y tres segundos luego del resultado positivo. Tengamos en cuenta que diez segundos luego de concluido y cumplimentado el objetivo, el animal no relaciona la recompensa con ese logro.
Este método es excelente para la enseñanza de las reglas básicas de obediencia: sentado, quieto, echado, venir o caminar junto. La recompensa hacia los perros es una de las mejores herramientas dentro de las técnicas de educación canina.
Se lo debe recompensar con el avance sucesivo en el cumplimiento satisfactorio de la complejidad de las órdenes y por su obediencia en determinados momentos específicos. Por ejemplo, si se detuvo en la esquina antes de cruzar la calle, si no tiró de la correa durante el paseo, si soltó algo que estaba mordiendo, si esperó para comer su plato de comida o si hizo sus necesidades en el sitio elegido.
Las recompensas deben ser algo muy deseado y la comida suele estar en el tope de los deseos caninos. Elijamos una comida que no integre su dieta habitual y cuánto más sabrosa sea, mejor. Lo ideal es que las recompensas sean variadas y no sean siempre la misma.
Serán más importantes cuanto más grandes sean los logros obtenidos. Tampoco hay que estar todo el tiempo recompensando a un perro porque se perdería su efecto motivador y porque el mismo “recompensado” se aburriría perdiendo el interés en el objeto de deseo.
Es una muy buena costumbre, que el perro reciba recompensas poco después de que los tutores regresen a casa otorgándole una golosina comercial canina, algún alimento favorito o bien compartir un juego para estimularlo positivamente.
Cuáles son los siete requisitos deseables para brindar una recompensa
1.- Lo primero que hay que lograr es la atención, la paz y la tranquilidad a la hora de aprender. Por ello llevarlo antes a que haga ejercicio para liberar energía es un buen método para que se calme y preste atención plena en la “clase”.
2.- El siguiente requisito es buscar un ambiente tranquilo donde el perro logre la concentración y la atención necesaria para aprender. Hay que encontrar un lugar en el que no haya distracciones y así pueda atender, concentrarse y comprender las órdenes de forma óptima. Una vez logrados los primeros resultados positivos en el aprendizaje es bueno y hasta necesario cambiar de ambiente buscando espacios con crecientes distracciones para afianzar lo aprendido.
3.- Debemos empezar con órdenes sencillas y posteriormente, cuando las haya comprendido iremos aumentando la dificultad.
4.- El cuarto requisito es que el tiempo de aprendizaje, la clase, a implementar sea corta dado el tiempo de atención limitado de los perros. Es bueno incluir ciertos descansos durante el proceso.
5.- Las órdenes deben ser claras. Utilizar siempre la misma palabra apoyada en los mismos gestos, expresiones y tono de voz, para la misma conducta de esta forma se evitarán las órdenes confusas.
6.- Las recompensas deben ser originales y utilizadas exclusivamente en la circunstancia del aprendizaje, como son las “golosinas” caninas o los snacks, que son premios especiales o recompensas que no integran la comida habitual. Deben ser ricos, originales y exclusivos.
7.- Finalmente el último requisito para que el aprendizaje sea exitoso es la paciencia, no enseñar con enojo y evitar los castigos, que generan miedo y estrés. La enseñanza solo se debe hacer por aprendizaje positivo y el único castigo será el no premio.
*El Prof. Dr. Juan Enrique Romero @drromerook es médico veterinario. Especialista en Educación Universitaria. Magister en Psicoinmunoneuroendocrinología. Ex Director del Hospital Escuela de Animales Pequeños (UNLPam). Docente Universitario en varias universidades argentinas. Disertante internacional.
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