La creación de carreteras que conectan a diferentes ciudades es uno de los efectos de la urbanización que atenta contra el hábitat de la flora y fauna en distintas partes del mundo, los riesgos que corren estas especies van desde la tala de árboles hasta tener que “convivir” con el tránsito vehicular provocado por los seres humanos.
En diciembre pasado un puma el cual fue nombrado por la comunidad de Hollywood como P-22, falleció tras las graves heridas que le provocó un vehículo que lo atropelló en Los Ángeles. Este caso es tan solo un ejemplo de lo tanto que afecta la división de los hábitats por las carreteras y desarrollos humanos.
Mehdi Nojoumi, Anthony P. Clevenger, Daniel T. Blumstein y Eric S. Abelson, académicos de la Universidad de California en Los Ángeles (UCLA) estudiaron las reacciones de los ciervos y alces que habitan alrededor de una carretera de cuatro carriles.
En su estudio “Efectos del tráfico vehicular en el comportamiento de los alces y los venados cerca de los pasos para la vida silvestre” publicado por la revista Plos ONE, los científicos de la universidad estadounidense analizaron el tiempo de adaptación de la vida silvestre a estos “divisores” de terreno.
Eric Abelson explicó que en anteriores estudios ya se había evaluado el efecto de la presencia de vida silvestre en las carreteras de EEUU, pero ninguno se había enfocado en analizar el comportamiento en tiempo real de los animales ante el paso de los vehículos.
Tener en cuenta a los animales
Los investigadores analizaron casi 600 videos provenientes de dos cámaras de video con sensores de infrarrojos que eran capaces de captar la transición de los autos en ambos sentidos, así como el paso “exclusivo” de los animales.
“Solo a través de estudios como este que se enfocan en cómo los animales perciben y reaccionan a los estímulos en su entorno, es como obtendremos los conocimientos necesarios para desarrollar cruces de vida silvestre”, explicó Abelson sobre la intención de este estudio.
En los clips sacados por las cámaras se lograba apreciar como los alces y los ciervos se ponían en alerta o intentaban huir después de oír el paso de algún vehículo, por lo que los animales que mostraban mayor miedo tenían menos posibilidades de utilizar el cruce.
Los académicos de la UCLA explicaron que este fenómeno no ocurría con las especies que ignoraban a los coches y continuaban pastando, en estos casos era más probable que usaran el espacio dedicado para pasar la carretera.
Ambas especies mostraron un comportamiento “rígido” cuando la afluencia de coches era ligera y cada largo lapso de tiempo pasaba algún coche, lo que da a entender que cuando el flujo y ruido es constante, las especies “se acostumbraban” al entorno.
Hacer los cruces más efectivos
Los investigadores estimaron que con estos primeros resultados se pueden realizar estructuras y estrategias para adaptar las carreteras a la vida silvestre, debido a que las respuestas no son tan negativas como se estimaba, y que animales como los mapaches, ciervos y alces, pueden adaptarse fácilmente a su entorno.
Abelson explicó que se tienen que aprovechar los comportamientos de las especies silvestres para crear cruces más efectivos, a lo que propuso que las estructuras de los puentes pueden utilizar materiales para amortiguar el sonido o reducir los efectos visuales de los faros.
El académico de la UCLA espera que este estudio funcione como base para que otros investigadores analicen la reacción de otras especies ante el tránsito de vehículos, con la finalidad de proteger y preservar la vida silvestre por medio de la creación de mejores herramientas y estructuras.
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