El Congreso español aprobó un anteproyecto de Ley de Bienestar Animal el 22 de diciembre del año pasado, la cual busca categorizar a los animales domésticos en un “listado positivo”, en el que se especificará cuáles especies se pueden tener como mascota. En este registro está contemplado integrar un nuevo sistema de clasificación para los gatos.
Hace un año, España dio un paso importante a favor de los animales después de darles el reconocimiento de “seres sintientes”, esta serie de cambios tiene como objetivo cambiar el comportamiento de la sociedad hacia las mascotas y la vida silvestre.
De acuerdo con el anteproyecto, los gatos serán ordenados en tres grandes categorías: de hogar, comunitarios y desamparados, cada una tendrá un trato y manejo diferente.
Gatos de hogar
Los felinos de acompañamiento que están a cargo de una persona, deberán de cumplir con una serie de requisitos como tener un registro oficial en la Unión Europea, portar un microchip y en caso de que no estén destinados a la reproducción en un criadero deberán de ser esterilizados.
De acuerdo con el Artículo 26 de esta legislación todos estos requisitos deberán de realizarse antes de que los animales cumplan los seis meses de edad.
Estas especies de acompañamiento serán agrupados en cuatro diferentes categorías como: gatos identificados, merodeadores, extraviados y abandonados. Las cuales son mascotas que ya están registradas ante institutos oficiales, pero tienen diferentes “situaciones de vida”.
Los identificados son todos aquellos felinos que ya están registrados ante las dependencias oficiales, además de tener un hogar y que no salen al exterior. Los gatos merodeadores, a diferencia de los primeros, son los que salen de forma regular a las calles sin supervisión de nadie.
Los extraviados son los felinos que desaparecieron y sus dueños notificaron la pérdida ante las autoridades. Y por último los abandonados, son los que se encuentran varados en la calle y están identificados, pero su dueño no denunció su robo o pérdida.
Gatos comunitarios
En su capítulo VII del anteproyecto establece que todos los felinos que viven en libertad, en colonias cuyo origen se encuentra en gatos abandonados, merodeadores sin esterilizar o extraviados entrarán bajo esta categoría.
“Se introduce el concepto de ‘comunitario’, al gato libre que convive en entornos humanos y que no es aceptable debido a su falta de socialización”, estableció la legislación.
El cuidado y atención de estos animales estarán a cargo de entidades locales, las cuales deberán de generar “Programas de Gestión de Colonias Felinas”, que tendrán como objetivo cuatro puntos esenciales: la planificación y control en las esterilizaciones, mapeo y censo, sanitización de la colonia y protocolos ante conflictos vecinales.
Esta fauna callejera también será dividida en dos tipos: adoptables y no adoptables. Cuya única diferencia será el carácter y proceso de socialización, aquellos especímenes que muestren una “buena personalidad” y no tengan problemas de convivir con las personas podrán integrarse a un hogar.
Gatos desamparados
En esta categoría están todos los felinos que se encuentran en una situación de indefensión o de enfermedad y no pueden recibir atención. En estos casos la administración local estará a cargo de ellos.
La prioridades de las autoridades será el control poblacional por medio de las esterilizaciones, dejando “afuera” la eutanasia en sus planeces de actuación.
Este último punto ha causado controversia en el mundo científico, académicos del Instituto Mediterráneo de Estudios Avanzados y del Instituto de Productos Naturales y Agrobiología aseguraron, en una carta publicada en la revista Conservation Science and Practice, que esta estrategia puede atraer otros impactos que deben de ser gestionados de manera simultánea.
En la implementación de este plan se debe de tomar en cuenta los peligros que corren las especies endémicas y amenazadas en las islas de España, debido a que los gatos son los “depredadores más dañinos para la biodiversidad”, explicó Miguel Calvero de la Estación Biológica de Doñana.
Por este motivo, los especialistas consideran que se “debe de poner por encima a la conservación de especies menos favorecidas, del funcionamiento de los ecosistemas y de la biodiversidad global”.
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