En América del Sur hay dos animales endémicos muy parecidos: la llama y la alpaca, ambos mamíferos son iconos de la región y aunque a simple vista son “iguales” hay diferencias muy puntuales en las características morfológicas, los patrones de comportamiento y en su pelaje.
Estos animales se encuentran en un estado de domesticación en Perú y en la región andina, pero se llegan a encontrar algunos ejemplares en vida silvestre en países como Argentina, Bolivia, Chile y Ecuador, de acuerdo con el redactor Alberto Milo de la revista National Geographic.
Ambas especies pertenecen a los camelidae, una familia de mamíferos que aparecieron aproximadamente hace unos 40 millones de años en el norte del continente americano.
De acuerdo con Emily Wakild, investigadores de la Universidad Estatal de Boise, en su artículo “¿Por qué son tan popular las llamas y cuál es la razón por la que nos gustan mucho?” publicado en la revista digital The Conversation, estas dos especies descienden del guanaco salvaje, el cual habita en el sur del continente desde el 4.500 antes de Cristo.
Por las similitudes entre la llama y la alpaca los criadores “emparejan regularmente llamas hembras con alpacas macho para crear crías dotadas de fina y valiosa lana”, explicó la académica.
Diferencias morfológicas
La clave para diferenciar a estos camélidos se encuentra en el tamaño de sus orejas y cuerpo. Las llamas son más grandes que las alpacas, la estructura del oído de las primeras tiene la forma similar a la de una banana, mientras que la última las tiene más pequeñas y con una definición puntiaguda.
Juan C. Marín, integrante del Departamento de Ciencias Básicas de la Universidad del Bío-Bío en Chile, explicó en una investigación que el origen de estos dos animales silvestres es un tema controvertido entre el mundo científico.
En términos generales la Lama glama (llama) es más grande en cuanto a las orejas, cuello, tamaño, peso y hocico, explicaron los investigadores.
Náyade Quero Rocamora, editoradel blog Experto Animal explicó que las Vicugna pacos, son más pequeñas que una llama, lo que la impide ser utilizada como un animal de carga, pero su pelaje tiene un gran valor económico en la región puesto que es “considerado más valioso que el de la llama”.
El temperamento
Las alpacas son bastante cariñosas a comparación de las llamas, puesto que incluso han llegado a ser consideradas como “buenos animales de compañía”, en algunos casos son utilizados en terapias asistidas, debido a que son inofensivos.
Las llamas a diferencia de sus “familiares lejanos” llegan a ser más extrovertidas y en algunos casos pueden ser atrevidas cuando están en frente de una persona, por lo que es más propensa a escupir saliva cuando se sienten amenazadas.
“Las alpacas también pueden usar este sistema de defensa, sin embargo, es mucho menos frecuente en ellas”, explicó Alberto Milo.
Su importancia en el imperio inca
Para los incas estos dos animales no eran vistos como ganado, sino que estaban estrechamente relacionados con su cultura y la religión. Ambos a pesar de las diferencias en temperamento y estructura mórfica, eran tratadas “por igual”.
Emily Wakild explicó que estos animales eran sacrificados durante las ceremonias religiosas “para promover la fertilidad en sus rebaños” y servían su carne durante las celebraciones para rendir honor a los dioses de la lluvia.
La lana de estos animales era utilizada para hacer telas y en algunas ocasiones era dejada junto a ellos en sus tumbas acompañada de piezas de plata y cuentas. La población de estos animales tardó en recuperar sus números después de la época colonial.
Walkid explicó que estos animales son comúnmente vistos con coloridos trajes en pueblos andinos, como parte de una tradición de los pueblos indígenas de Bolivia y Perú, puesto que son considerados como “partes poderosas de una ‘cosmovisión’ andina”.
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