La evolución de las especies genera una variación genómica que produce la aparición de individuos con funciones biológicas o rasgos físicos alterados, con motivo de adaptarse a los cambios que hay en los hábitats.
Las alteraciones que se registran en el planeta desde temperaturas, disminución de la superficie de la tierra, aumento del nivel de los océanos, hasta la cantidades de oxígeno en la atmósfera orillan a que las criaturas se enfrente a un proceso de cambio en el que solo una pequeña línea los separa entre la vida y la muerte.
A pesar de todo esto existen animales que han logrado sobrevivir mucho más tiempo de lo pensado. En noviembre de 2010, el Guinness World Records otorgó el reconocimiento como la “criatura viviente más antigua” del mundo al camarón renacuajo, una especie que ha existido desde el período Triásico, hace 201.3 millones de años.
La organización especificó en un boletín oficial publicado en su página que el Triops cancriformis es una de las especies que poco ha cambiado su estructura desde hace millones de años, de acuerdo con la evidencia fósil que se ha encontrado, y a pesar de que la especie se encuentra en peligro de extinción fueron descubiertas dos colonias vivas y sanas en Inglaterra hace 12 años.
Una evolución con pocos cambios
Bram Vasnchoenwinkel, Tom Pincel, Carla Denis y Luc Brendonck, investigadores del Laboratorio de Ecología Acuática y Biología Evolutiva de la Universidad KU Leuven de Bélgica descubrieron que los camarones renacuajos vivos son probablemente resultado de un cambio en la era Cenozoica.
En su artículo “Hacía una Filogenia Global del Orden de los Crustáceos Nostraca ‘Fósil Viviente’”, publicado por la revista científica PLOS ONE, los biólogos de la universidad belga describieron que los camarones renacuajos tienen cuerpos como palas que les permite cavar en el fondo de los lugares en los que habitan.
“Llegamos a la conclusión de que, aunque algunas especies de camarones renacuajos actuales se parecen mucho a los especímenes fósiles de hace 250 millones de años, no se encontró soporte molecular para antigua relación”, explicaron los investigadores al considerar que estos tiene un desciende de tan solo 2.6 millones de años.
Este animal no cambió tanto de manera externa, no obstante su evolución se dio por debajo de su “armadura”, lo que provocó que se hayan creado diferencias muy puntuales que no se pueden detectar por el ojo humano.
Investigar organismos antiguos
Estudiar las historias evolutivas de las especies es uno de los grandes retos que tiene la ciencia, la gran diversidad de flora y fauna que hay en el mundo lo hace un proceso muy largo.
Los investigadores Alexander Werth y William A. Shear del Hampden-Sydney College explicaron en su artículo “La verdad evolutiva sobre los fósiles vivientes” publicado en la revista American Scientist en noviembre de 2014, que la relevancia que tienen los fósiles vivientes es el parentesco con antiguas líneas genéticas que no se han extinguido.
También consideraron que estos vestigios de especies son una muestra de que la evolución es continua, puesto que “reflejan profundas cuestiones científicas y filosóficas sobre el concepto de especie, que puede considerarse una unidad de clasificación, de evolución o ambas”, aunaron.
Alexander Werth y William Shear aseguraron que el análisis paleontológico del registro fósil indica que las especies suelen existir entre 500.000 a 3 millones de años antes de que se extingan o bien sean sustituidas por una especie descendiente.
Bajo esta premisa los investigadores realizaron el planteamiento de un problema en torno al concepto de fósil viviente, puesto que las especies pueden vivir inalteradas o con ligeras variaciones genéticas durante varios períodos de tiempo.
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