Hay distintas formas en que los animales defienden sus territorios de otras especies o depredadores, no obstante son pocos los que tienen la capacidad de lanzar objetos, el Octopus tetricus, un pulpo que habita los mares subtropicales de Nueva Zelanda y Australia fue captado por investigadores de la Universidad Sidney aventando conchas, algas y cualquier otro objeto submarino para defender su “espacio personal”.
El registro de esta actividad a través de cámaras ocultas debajo del mar representa la primera prueba científica de que esta especie es capaz de lanzar objetos, una acción que por muy simple que parezca, es de gran interés puesto que muy pocos animales han mostrado este comportamiento, explican los científicos en su artículo “En la línea de fuego: lanzamiento de escombros por pulpos salvajes”, publicado en 9 de noviembre de este año en la revista científica PLOS ONE.
Peter Godfrey-Smith, líder del grupo de investigación, explicó que el equipo descubrió que los octópodos eran capaces de lanzar objetos marinos a otros animales con la finalidad de cuidar su “espacio personal”.
Los investigadores consideraron que este comportamiento está relacionado con el espacio personal del animal, sin embargo aún no están completamente seguros de cuál es el motivo por el que deciden hacerlo.
Después del análisis de los movimientos de los cefalópodos captados en cámara, los especialistas encontraron que estos animales emplean un técnica muy curiosa para lanzar los objetos incluso con más potencia.
Este es el primer descubrimiento de una especie que habita en la profundidad de los mares que es capaz de lanzar cosas, en un momento se creyó que esta habilidad era exclusiva de los homínidos, no obstante otros animales terrestres como los chimpancés, capuchinos, elefantes, mangostas y aves mostraron que podían arrojar objetos con alguna parte de su cuerpo.
Muchos lanzamientos, poco impacto
Para su estudio Godfrey-Smith y sus colegas recopilaron docenas de horas de material audiovisual de los pulpos que habitan las guaridas en Jervis Bay, Australia, entre 2015 y 2016; en los videos e imágenes fueron captados más de 100 casos de pulpos lanzando caparazones y limo marino.
En el material audiovisual encontraron que 90 lanzamientos fueron realizados por las hembras, mientras los machos solo realizaron 11; no obstante solo el 17 por ciento de estas acciones terminaban por dar en el blanco, por lo que se podría decir que no tenían una técnica “muy depurada”.
Godfrey-Smith explicó que es probable que algunos de los golpes que realicen con las conchas o los limos sean de manera deliberada en contra de una especie invasora de su territorio.
De los pulpos estudiados el 32 por ciento también aventó objetos marinos como un método de limpieza de su guarida.
Un movimiento uniforme
Los pulpos tienen dificultades al momento de “socializar” con otros animales, cazan solos e incluso en algunos casos se pueden convertir en caníbales, por lo que no es raro observarlos en un conflicto con otros animales de su misma especie.
Los pulpos son diestros manipuladores de objetos, con sus tentáculos es cómo forman sus madrigueras con el uso de diferentes materiales, los mismos que lanzarán a cualquier animal que consideren que está invadiendo su espacio, describió el grupo de científicos de la Universidad de Sidney.
“Los lanzamientos de alto vigor estuvieron más a menudo acompañados de patrones corporales uniformes, algunos se dirigieron de manera diferente desde debajo de los brazos y era más probable que estos golpearan al objetivo”, explicaron los académicos australianos.
Este movimiento balístico es posible debajo del océano gracias a la fuerza que emplean los octópodos, no obstante los objetos salen con menor velocidad debido a la consistencia del agua que es más resistente ante el movimiento que el aire.
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