El estudio de la actividad onírica es una de las tareas más difíciles que ha tenido la ciencia puesto que existen diferentes procesos los cuales se tienen que analizar, desde el aspecto psicológico hasta los procesos cerebrales que se registran durante el descanso.
Por este motivo, el estudio de los sueños en los animales es aún más difícil, a lo largo de la historia se ha reunido literatura científica en la que se demuestra que algunos animales tienen “simulaciones de la realidad” mientras duermen, sin embargo la interpretación de estas visiones es aún más compleja puesto que no existe un método de comunicación asertiva entre estas especies y los humanos.
David Peña-Guzmán, investigador de la Universidad Estatal de San Francisco, en su libro “Cuando los animales duermen: El mundo oculto en la conciencia en los animales” sugiere que los animales tienen “un sueño-ego moviéndose a través de un paisaje onírico, dinámico y coherente”.
En entrevista para la revista National Geographic, David M. Peña-Guzmán explicó que hay tres elementos que forman parte de esta actividad que permiten entender con mayor profundidad lo que pasa por la mente de los animales.
“Creo que soñar nos brinda una forma de extender una serie de capacidades cognitivas a los animales; eso incluye cosas como la emoción, la memoria e incluso la imaginación”, comentó el especialista.
El estudio de los sueños
Desde hace varios años se han realizado múltiples estudios que tienen como objetivo analizar si los humanos son capaces de soñar y retener largas secuencias de eventos mientras están soñando.
Matthew Wilson y Albert K. Lee, investigadores del Instituto Tecnológico de Massachusetts (MIT, por sus siglas en inglés), revelaron en su artículo “Memoria de la experiencia secuencial del hipocampo durante el sueño de ondas lentas” que las ratas son capaces de tener sueños complejos y recordar largas secuencias de eventos mientras duermen.
“Observamos los patrones de activación de una colección de células individuales para determinar el contenido de los sueños de las ratas. De hecho sabemos qué están soñando y que sus sueños están conectados con experiencias reales”, explicó Matthew Wilson, sobre el estudio que realizaron, para la revista digital del MIT.
Durante dicho experimentos, los investigadores del MIT descubrieron que los roedores eran capaces de recordar los patrones de los laberintos a lo que fueron inducidos, donde incluso llegan a recordar los sentimientos registrados durante esa actividad.
Los peces tienen un sueño demasiado profundo
El neurobiólogo de Stanford, Philippe Mourrain, fue quien descubrió que esta especie tiene un sueño similar al REM (cuarta y última parte del ciclo del sueño), durante su actividad onírica estos animales presentan latidos cardíacos arrítmicos y la misma actividad cerebral a que si estuviera despiertos, y a diferencia de los humanos, los peces no presentaban actividad ocular durante su ciclo de sueño.
Mourrain explicó para la revista National Geographic que en el sueño REM es donde se pierde el control de los sistemas reguladores más vitales y consideró que el sueño juega un papel tan importante en los seres vivos que por eso fue un proceso que no se eliminó durante la evolución.
Para el académico de Stanford el sueño es un “restablecimiento de las conexiones neuronales” que prepara al sistema nervioso para estar listo al día siguiente y cree que en los próximos años se va a encontrar más evidencia científica sobre los sueños reales en los animales.
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