Los seres humanos han ejercido la selección en los perros desde la primitiva domesticación del lobo. Se sabe que primero hubo una separación de la población de los lobos, una verdadera selección natural, y sobre el grupo más cercano el ser humano ejerció una presión de selección según sus necesidades y designios.
Esta intensa selección artificial siguió ocurriendo hasta la formación de las razas más modernas.
Este proceso por el que el ser humano busca determinadas características favorables puede arrastrar ligadas otras características no deseadas como por ejemplo los ojos azules o los ojos marrones en una proporción desmedidamente alta.
A través del mayor estudio realizado sobre algunas características del genoma canino a la fecha, se ha podido conocer la razón de porque los Siberian Huskys tienen los ojos azules. En los perros, los ojos azules son muy frecuentes y buscados en el Siberian Husky, una raza de tiro de trineo de latitudes polares del norte.
Los conocimientos actuales sobre las causas genéticas de la aparición de los ojos azules en otras razas de perros no alcanzaban a explicar el mismo fenómeno en los Siberianos. Estudiando miles de perros y su apariencia física, el fenotipo, a través de los datos suministrados por sus tutores, pudieron correlacionarlos con el color de los ojos.
De ese modo descubrieron que el cromosoma 18, que desempeña un papel importante en el desarrollo ocular de los mamíferos, estaba fuertemente asociado con la variación en el color azul para los ojos, en los Siberianos y en los Pastores Australianos. El análisis del ADN de más de 6.000 perros, partiendo de datos proporcionados por los tutores, ha demostrado que se debe a una duplicación del cromosoma 18.
Tan solo una copia de la variante es suficiente para causar ojos azules o heterocromía, ojos azules y marrones al mismo tiempo, en muchos de los individuos estudiados.
No obstante, algunos perros con la presencia de esta variante no tenían ojos azules, por lo que los investigadores presumen que existirían otros factores genéticos o tal vez ambientales que podrían estar involucrados en la expresión de este fenotipo.
Los estudios futuros sobre este mecanismo pueden llevar al descubrimiento de una nueva vía por la cual los ojos azules se desarrollan en muchas especies de mamíferos.
Por otro lado, desde una perspectiva mucho más amplia, los resultados subrayan lo importante de los datos proporcionados por los tutores de los animales. Estos descubrimientos benefician los esfuerzos de reproducción y el bienestar los perros en primer lugar, pero también resultan valiosos, para sacar conclusiones en estudios en seres humanos, ya que tenemos muchos rasgos físicos, comportamientos y enfermedades comunes a través de un entorno compartido.
*El Prof. Dr. Juan Enrique Romero @drromerook es médico veterinario. Especialista en Educación Universitaria. Magister en Psicoinmunoneuroendocrinología. Ex Director del Hospital Escuela de Animales Pequeños (UNLPam). Docente Universitario en varias universidades argentinas. Disertante internacional.
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