Lacrifagia es la ingesta de lágrimas y una de las conductas alimenticias poco conocidas en el mundo que solo realizan algunas especies como las mariposas, polillas o moscas. Estas especies beben el líquido de los ojos con el objetivo de obtener nutrientes.
El sentido de supervivencia es la capacidad que tienen todos los seres vivos del planeta para evitar las agresiones internas o externas que se presenten en su entorno, en algunas ocasiones llevará a hacer acciones que suenan pocos convencionales, no obstante, por muy extraño que parezca, la ciencia ha descubierto nuevas especies que realizan esta “alimentación suplementaria”.
Alberto Romero, investigador de la Universidad de Alcalá, describió en su artículo “La razón por la que algunos insectos beben lágrimas” publicado en la revista digital The Conversation, que esta acción se puede clasificar dentro del comensalismo, es decir, que solo una de las partes, en este caso el lacrifago, se ve beneficiado mientras que la otra parte no obtiene algo a cambio.
Cucarachas y abejas
Estudios de la Sociedad Entomológica de Kansas y del Departamento de Biogeografía y Cambio Global del Museo de Ciencias Naturales de Madrid, demostraron que las abejas y las cucarachas también realizan este tipo de alimentación alternativa.
Una cucaracha fue captada durante varios minutos sobre el ojo de una lagartija lo que podría presumirse que estaba bebiendo el líquido que generaba el reptil.
“La presión física puede inducir al comportamiento riesgoso de la lacrifagia por parte de las cucarachas”, explica Matthijs P. van den Burg del museo madrileño en la investigación publicada en Taylor & Francis Online, al considerar que esta especie puede ser depredada muy fácilmente al no contar con una trompa como el resto de los lacrífagos.
Las abejas obreras registraron esta misma actividad pero en los ojos de una persona, de acuerdo con un experimento de Hans Bänzinger de la Chiang Mai University estos insectos se postraron por varios minutos en las pestañas inferiores del hombre para beber sus lágrimas, explicó el especialista en su artículo publicado por la Sociedad Entomológica de Kansas en la revista Journal of The Kansas Entomological Society.
Ambas investigaciones rompieron la teoría de que este comportamiento era sólo de las mariposas, moscas o cualquier otro animal que morfológicamente tenga una “trompa larga”.
La lacrofagia y el sexo
El investigador Alberto Romero compartió en el artículo publicado en The Conversation que hay algunos datos que podrían relacionar el acto de beber estas excreciones con la reproducción de las especies. De acuerdo con el especialista de la Universidad de Alcalá esta acción no la realizan estos animales, específicamente los machos, hasta que son sexualmente maduros.
“Es extremadamente raro que este comportamiento aparezca en las fases de desarrollo previas a la madurez sexual”, explicó.
El consumo del líquido emanado por los ojos de los mamíferos generaría en los lacrífagos un acceso ventajoso a las hembras, por lo que su probabilidad de reproducirse y tener una descendencia aumenta de manera considerable.
Un “regalo nupcial” de nutrientes
Las lágrimas son ricas en sodio, nitrógeno, proteínas y aminoácidos, estos nutrientes son el principal motivo por el que los lepidópteros y los dípteros machos las consumen de los mamíferos.
Durante el apareamiento, todos estas sustancias serían “compartidas” a las hembras que “podrían utilizar este nutritivo regalo para producir un mayor número de huevos o transferirlo a las larvas para aumentar sus probabilidades de supervivencia”, especificó Alberto Romero.
Estos nutrientes también tienen una tarea fundamental durante los procesos metabólicos, específicamente en la absorción de aminoácidos en el intestino, y en la ósmosis celular de estas especies, lo que significa que una lágrima, un recurso “pequeño”, contribuye de gran manera a la naturaleza para que los organismos puedan sobrevivir en sus hábitats.
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