Mateo, un perro de cruza pekinés, y Rubén J. Tessore compartieron casi dos décadas de vida. Lo que comenzó como la mascota de su hija terminó por ser uno de “sus nietos” por los que más se preocupó; mientras estuvieron juntos lo atendió y se convirtió en su compañero de vida.
Su historia de amor incondicional se volvió viral después de que el policía jubilado publicara en un periódico local de la ciudad de Mercedes, en la provincia de Buenos Aires, una carta de despedida acompañada de una foto con su fiel amigo en la sala de su casa.
“Mateo era mi perro que me acompañó por 18 años de mi vida. Se nos fue a su reino este 19 de septiembre de forma silenciosa y sin pedir nada”, inició Rubén Tessore su mensaje en el diario.
De acuerdo con su hija Mar, a su padre le gustaba escribir, razón por la que decidió despedir a su “mejor amigo” con una emotiva carta.
Rubén Tessore contactó a un primo que trabajaba en el diario mercedino, quien lo ayudó en todo el proceso para la publicación que posteriormente se hizo viral.
“La foto la eligió él, está con Mateo, se la sacó mi mamá en un momento en el que estaban los dos, tranquilos como estaban siempre”, comentó Mar en entrevista, quien además contó para Infobae que tuvieron que salir a redes sociales a mencionar que su papá estaba bien junto a su familia, y que no estaba solo como pensó la mayoría de la gente.
En los cinco párrafos de su carta, Rubén tocó los corazones, no sólo de los habitantes de Mercedes que leyeron la publicación impresa, sino de toda Latinoamérica que vio el corte de periódico publicado en Instagram, Twitter y Facebook.
Mar contó que a pesar de que la publicación se hizo hace tres años, le han escrito de todos los países de la región para preguntar sobre su padre y su perro.
Un regalo del destino
Mateo fue el primero de la camada de una perra pekinés que le había regalado Mar a una de sus tías. El que se convertiría en el “mejor amigo” de Rubén, nació con la placenta intacta y tras un intento de reanimación, respiró de manera milagrosa en la mañana del 3 de noviembre de 2001.
Mar Tessore relató que ella vio primero a Mateo y fue en ese momento cuando supo que el pequeño perro de pelaje dorado iba a formar parte de su familia.
Por cuestiones de trabajo y tiempo, Mar no pudo conservar a “Teo”, por lo que decidió llevarlo a casa de sus papás en la ciudad de Mercedes, donde se harían cargo del cachorro y viviría casi 20 años ahí.
La familia Tessore es muy amante de los animales, durante demasiado tiempo han cuidado de muchas mascotas a las cuales consideran como integrantes importantes de la misma.
Rubén Tessore a lo largo de su vida padeció de problemas cardíacos, lo que provocó que tuviera tres infartos, durante estos tiempos difíciles el perro se convirtió en su cuidador.
“Mateo siempre lo cuidaba, esa es la relación que tenía de fidelidad, porque mi papá siempre que le pasaba algo a ‘Teo’, era el primero que lo llevaba al veterinario, le hablaba muchísimo. Mateo amaba a su abuelo, como a él’”, describió Mar la relación que sostenían ellos.
Un reencuentro al otro lado del río
A tres años del fallecimiento de su mejor amigo, el 10 de agosto de este año Rubén Tessore falleció, a pesar del gran dolor que ha sufrido la familia en estos últimos meses, les reconforta saber que ambos están juntos en el reino que se describió en la carta.
La hija de Rubén menciona que se ha sentido la presencia de ambos en la casa, como si estuvieran recorriendo los pasillos o platicando en algunas zonas del lugar y lo toman como un mensaje de que ya están juntos en el cielo como solían estarlo en el mundo terrenal.
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