Perder una mascota es uno de los episodios más dolorosos que alguien puede experimentar, la muerte de un gato, perro, loro o cualquier otro animal con el que has compartido años de convivencia es un fuerte golpe emocional.
Para las personas que no comparten el amor de cuidar a un animal doméstico ver a alguien más llorar por la pérdida de su compañero de cuatro patas puede resultar una “exageración”, no obstante la ciencia ha demostrado que la muerte de tu “mejor amigo” llega a ser igual o más duro que sufrir la muerte de un familiar.
Tener un animal doméstico y pasar la mayor parte del tiempo con él hace que se generen fuertes lazos sentimentales, donde el amor incondicional es protagonista de esta relación y que pocas veces se encuentra en las interacciones humanas.
De acuerdo con la psicóloga Julie Axelrod en entrevista para la revista científica The Conversation, la pérdida de un perro “es tan dolorosa porque los propietarios no pierden sólo a una mascota, puede significar la pérdida de un amor incondicional, de un compañero que les brinda seguridad y comodidad”.
La especialista en comportamiento humano considera que una persona es capaz de defender a su “mejor amigo” como si fuera un hijo; además el deceso de éste puede provocar un gran daño en la rutina del propietario.
“Para los dueños, sus horarios diarios, incluso en vacaciones, pueden girar en torno a las necesidades de su mascota”, explicó Julie Axelrod sobre el papel protagónico que tiene un animal doméstico en la vida de las personas.
Una relación única
Una mascota es insustituible e incomparable es una relación tan personal que el animal doméstico se convierte en único para sus dueños, Nadja Geiperts terapista de LA Family Therapy comentó para la revista especializada en psicología PsychCentral que sólo los dueños viven fuertemente este duelo.
“Tu relación es completamente única y tu mascota es insustituible”, recalcó Geiperts.
Estos lazos son igual o más fuertes de los que se generan con un amigo y un familiar, de acuerdo con John Archer del Departamento de Psicología de la Universidad Central de Lancashire, la satisfacción que sienten los humanos con sus compañeros de vida es la raíz por la que florece una relación sentimental tan fuerte.
Archer explicó en su artículo “¿Por qué la gente ama a sus mascotas?”, publicado en la revista Evolution Human Behavior de la editorial neerlandesa Elsevier, que todo se debe a la sumisión que presentan los animales hacia sus dueños.
Es decir que los animales sigan las órdenes sin algún cuestionamiento de por medio provoca un gran nivel de satisfacción en sus dueños, acción que regularmente no se registra en las interacciones humanas.
Un sentimiento de culpa
Cuando la mascota ha vivido durante muchos años, los problemas de salud llegan y con ellos los cuidados y la atención que debe de recibir son más específicos, por lo que una muerte en esta edad genera un sentimiento de culpa en los dueños.
Rena Goldman, autora del artículo “¿Cómo afrontar el duelo por la pérdida de una mascota?” publicado en la revista PsychCentral apuntó que en casó de ser necesaria la eutanasia se tiene que ver como un acto de compasión y no de culpa.
Cuestionamientos como “¿Tomé la decisión correcta?, “¿Qué pasaría si lo tuviera más tiempo?” o “¿Qué se pudo hacer diferente?”, invaden los pensamientos de los propietarios, al pensar que la muerte se pudo haber evitado, de acuerdo con Rena Goldman.
Es importante, en estos casos, consultar con un veterinario el estado de salud y si recomienda realizar la eutanasia, es probable que el animal está sufriendo mucho dolor y no mejore.
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