La amistad es uno de los lazos afectivos que generan las personas entre sí cuando comparten un sentimiento, gusto o un ideal en común; esta relación es un punto importante en la forma de interacción humana, no obstante este vínculo no es exclusivo de esta especie, puesto que los animales también son capaces de generar lazos entre ellos.
Por ejemplo, el mono bonobo es capaz de relacionarse entre su misma especie utilizando la sexualidad y acciones eróticas como un “lubricante” social; de igual manera, los chimpancés forman amistades para compartir la comida y protegerse entre ellos.
Al igual que estos animales, hay otras especies como los peces, aves, caballos, delfines, lobos, que también tienen este tipo de relaciones.
Las investigadoras Beki Hooper, Delphine De Moor y Erin Siracusa de la Universidad de Exeter, Reino Unido, enlistaron los factores que influyen para que los animales hagan amistades entre su misma especie.
Las integrantes del postdoctorado en Comportamiento Animal, comentaron que en el reino animal “las especies muestran una preferencia por interactuar con parientes o alguien similar a ellos”.
En su artículo académico, “Las amistades de los animales son sorprendentemente parecidas a las nuestras”, publicado en la revista digital The Conversation, las especialistas de la universidad inglesa enlistaron los factores que influyen en estas especies para que hagan este tipo de lazos.
La homofilia es un factor
Su significado etimológico es “amor a los iguales” y define a la tendencia de sentir atracción por alguien más por una cuestión de personalidad o aspecto físico en común. De acuerdo con las especialistas, encontrar una similitud con alguien de su especie fortalece “la confianza y previsibilidad” entre ellos.
Por ejemplo, los delfines buscan crear amistades con otros que encuentran su comida de la misma manera. Mientras que a los macacos de Assam les gusta “salir con parejas” que tienen el mismo tipo de personalidad.
Aunque no parezca, los animales también cuentan con un tipo de carácter único que es el resultado de un conjunto de actitudes individuales que probablemente van a tener durante toda su vida.
Verónica Reyes-Meza, investigadora de la Universidad Veracruzana, en México, definió que las personalidades pueden “ser heredadas y predicen cómo se comportará un animal al momento de cuidar a sus crías o enfrentar a otros miembros de su misma especie”.
En su artículo “Hacia la identificación automática de la personalidad animal” publicada por la revista Ciencia y Desarrollo del Consejo Nacional de Ciencia y Tecnología (Conacyt) de México, la especialista definió que los animales muestran dos extremos de personalidad, proactivos —impulsivos, osados o agresivos— y cautelosos, siendo estos últimos los más flexibles ante los cambios en su ambiente.
El afecto físico
Así como los humanos demuestran su cariño a través de los abrazos, los animales también son capaces de externar su amor por medio del contacto físico. Los monos, la especie más similar a las personas, acarician a sus amigos con sus manos.
En algunas ocasiones estas interacciones van a ser un poco diferentes y se pueden catalogar como agresivas, pero forman parte de su naturaleza.
“Los rituales de amistad pueden parecer salvajes. Los capuchinos de cara blanca saludan a sus mejores amigos picándole las cuencas de los ojos. Los babuinos de Guinea prueban sus lazos acariciándose los genitales”, especificaron las investigadores de la Universidad de Exeter.
La comunicación a distancia
Para sostener una relación amistosa no es necesario estar juntos en todo momento, muestra de ello son los delfines, que a pesar de estar distanciados por kilómetros pueden crear una amistad a través de los sonidos que emiten.
La vocalización que realizan los animales son una piedra angular al momento de mantener sus lazos sociales, y aunque hay algunas especies que se evitan activamente, es a través de estos sistemas de comunicación como se ayudan a prevenir de posibles amenazas en el ambiente.
“Los humanos hacemos amigos porque hay beneficios mutuos. Como lo demuestran los primates, las aves o los lobos, los amigos nos ayudan. Sin ellos tenemos menos probabilidad de sobrevivir y prosperar”, concluyeron las investigadoras inglesas.
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