Existe un mono en la selva africana que sus conflictos los soluciona a través de las relaciones sexuales, siguiendo los ideales hippies “hacer el amor y no la guerra”, el “chimpace grácil” se desarrolla en un entorno donde los conflictos no existen y las hembras comandan esta sociedad pacífica.
Pan paniscus, por su nombre científico, sólo habita en la República Democrática del Congo en su propio “Edén privado”, puesto que están separados de las otras especies de gorilas y chimpancés; cuando se comprendió su forma de comportamiento hace casi medio siglo lo llevó a convertirse de interés ante su particular forma de relacionarse entre sí.
El etólogo y primatólogo Frans de Waal, fue el primero en comprender su comportamiento, debido a que utilizan el poder de la sexualidad como si fuera una especie de “lubricante social”.
De Waal descubrió en sus primeros estudios que “los bonobos” solucionan todas sus disputas jugueteando, acariciándose, dándose besos francés y hasta se frotan sus genitales entre ellos.
La científica australiana Vanessa Woods en su libro “El apretón de manos del Bonobo” describió que este simio sexual suele dar un “apretón” con su mano al pene de otro macho como si se tratase de un saludo.
“Las hembras se unen y se protegen entre ellas, y controlan a los machos. En cambio las hembras de chimpancé se traicionan por la comida y son independientes. Yo realmente pienso que los bombos no son personas. Son mejores que las personas”, describió la australiana sobre las particulares conductas que muestran esta especie de monos.
El paraíso
Este chimpancé que alcanza a medir un metro de altura, con un peso promedio de 45 kilos, pelaje oscuro y labios prominentes vive en el corazón de África en un área delimitada por dos ríos de la República del Congo; esta especie se quedó específicamente en esa zona puesto que no están adaptados a nadar en zonas profundas.
El único santuario en el mundo para este mono se encuentra a las afueras de Kinshasa, capital del Congo y es conocido bajo el nombre de Lola Ya Bombo, un espacio de 20.000 hectáreas dedicado para el cuidado y conservación de este chimpancé.
Son frugívoros, es decir que se alimentan básicamente de semillas, pero su dieta es muy variada y en algunas ocasiones puede consumir insectos como un aporte de proteína, de acuerdo con Ana de Viña, integrante de la Asociación Primatológica Española (EPA).
La especialista Ana de Viña especificó en su artículo la publicación en la página oficial de la EPA, que esta especie no tiene una estacionalidad marcada para reproducirse, además que suelen tener solo una cría a la que llegan a “odiar” cuando cumple los cuatro años de edad.
La reproducción “la realizan durante todo el año y, además, de forma preponderante y lúdica, ya que sirve como método de apaciguamiento social en momentos de tensión y para mantener relaciones sociales”, describe la primatóloga.
Una especie en peligro de extinción
A pesar de tener un santuario dedicado para su cuidado y atención, el Pan Paniscus es una especie amenazada en peligro de extinción, de acuerdo con la lista de la Unión Internacional para la Conservación de la Naturaleza (UICN).
Los motivos por la que esta especie amorosa se encuentra en esta situación están relacionados al declive de las instituciones, social y económico en el país africano; la explotación insostenible de los recursos en su hábitat afecta de manera directa a su desarrollo, por lo que la UICN ha emprendido diferentes estrategias para prevenir su extinción.
La organización internacional estima que hay entre 5.000 y 17.000 especímenes en libertad, 150 en cautiverio las cuales son examinadas en zoológicas y laboratorios de investigación y se espera que dentro de las próximas tres generaciones la población de este mono se reduzca de manera significativa, al ser una presa fácil para la caza furtiva.
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