El mundo científico lo reconoció como el “tigre de América”, por ser la especie que más habita sus tierras. De casi dos metros de longitud contando la cola, de piel dorada con predominantes rosetas negras, así es el jaguar, una de las especies que ha emprendido una lucha para evitar la extinción en las últimas décadas.
Desde la selva amazónica hasta el sur de Estados Unidos, este felino ha buscado “reconquistar” antiguos espacios para convertirlos en su casa. De 2020 a la fecha han crecido sus avistamientos entre la frontera de Arizona, Estados Unidos, con el estado mexicano de Sonora, lo que representa una gran esperanza para la especie.
La división política en este territorio representa un gran problema para la especie, la construcción inconclusa del muro fronterizo realizado por Donald Trump significó que la mayoría de los corredores más importantes de la vida silvestre quedarán bloqueados, aseveró el biólogo, Ganesh Marin en entrevista con la revista National Geographic.
El biólogo y decano de la Universidad de Wyoming, John Koprowski, comentó para la misma publicación que en esta zona fronteriza se encuentran más animales en búsqueda de encontrar nuevos caminos naturales, por lo que el avistamiento de los dos jaguares machos en el desierto de Arizona “brinda una gran esperanza de que esta conectividad pueda mantenerse e incluso, mejorarse”.
“El Bonito” y “Valerio” son los dos felinos silvestres que fueron captados por cámaras trampa en la zona de Arizona, este último fue nombrado así en honor a Valer Clark, la conservacionista y fundadora de la organización sin fines de lucro, Cuenca Los Ojos, cuyo objetivos es restaurar los hábitats salvajes en las zonas fronterizas entre México y Estados Unidos.
Un espacio que ya era suyo
No es fácil encontrar jaguares machos, la mayoría del tiempo son solitarios y solo están en pareja durante la época de apareamiento, “para estudiarlos ha sido necesario colocarles radio-collares con un GPS que permite conocer sus hábitos y movimientos”, especificó el Fondo Mundial para la Naturaleza (WWF, por sus siglas en inglés), respecto a los estudios que se han realizado a este felino.
El último registro del jaguar de Arizona data desde 1860, cuando el último de su especie fue asesinado en el Monte San Jacinto en el condado de Riverside, de acuerdo con la organización Wildlife Conservation Society (WCS).
“El registro histórico respalda que hubo jaguares en la mayor parte de Arizona y Nuevo México hasta el Gran Cañón”, comentó el ecólogo y paisajista Eric W. Sanderson, dedicado a la conservación de la vida silvestre, a la WCS.
El avistamiento de “El Bonito” y “Valerio” representa una posible reconquista del territorio que desde hace casi dos siglos ya habitaban.
La migración de estos felinos salvajes a la tierras desérticas de EEUU representa un efecto colateral de los constantes peligros que viven en el desierto de Sonora como la caza furtiva, los asesinatos de su especie por su rol de depredador de ganado, así como la destrucción gradual de su hábitat.
Gerardo Ceballos, investigador de la Universidad Nacional Autónoma de México (UNAM), espera que en los próximos cinco años se puedan ver a jaguares hembra embarazadas en los Estados Unidos.
“Es fundamental implementar una medida de mitigación para resolver este problema si queremos asegurar la expansión natural de los jaguares hacia el norte”, explicó el especialista mexicano en ecología para National Geographic, respecto a la importancia de evitar que se cierre más la frontera entre ambos países.
La protección de la especie es fundamental
Generalmente las hembras jaguar no se aventuran a alejarse de las zonas en las que nacieron, a menos de que sea sumamente necesario, por lo que la rehabilitación de nuevos espacios es vital si se quiere preservar a la especie “casi amenazada” de peligro de extinción.
Cuenca Los Ojos cumple este rol en esta zona fronteriza, actualmente esta área protegida alberga ocelotes, osos negros, castores, jaguares y otras especies; de mediados de 1.990 a la fecha esta organización ha restaurado 809 hectáreas de vegetación y 30 de humedales y arroyos, de acuerdo con información publicada en su página web.
Este restablecimiento de las zonas acuíferas en la zona fue una de las principales causas por las que estos animales salvajes han sido vistos en los alrededores.
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