Durante años, los antropólogos han observado cómo los chimpancés salvajes “se vuelven simios” y se atacan entre sí en asaltos coordinados. Pero hasta ahora, los científicos no sabían si las interacciones con los humanos habían provocado este comportamiento violento o si formaba parte de la naturaleza básica de los simios.
Un estudio analizó el comportamiento de 18 comunidades chimpancés por 54 años y publicó sus hallazgos en la revista Nature. El artículo sugiere que esta agresión coordinada es innata en los chimpancés y no está vinculada a la interferencia humana.
“La violencia es una parte natural de la vida de los chimpancés”, dijo Michael Wilson, investigador principal del estudio y profesor asociado de antropología en la Universidad de Minnesota en Minneapolis, en un correo electrónico a Live Science. “No necesitan ser alimentados con plátanos para matarse unos a otros”.
“Al ser uno de los parientes vivos más cercanos de la humanidad, los chimpancés pueden arrojar luz sobre la evolución de las personas, como por ejemplo cuando los humanos adoptaron comportamientos bélicos”, aseguró Wilson.
Para el experto, “los estudios sobre la violencia de los chimpancés han influido especialmente en la forma de pensar sobre los orígenes de la guerra humana. Algunas personas han argumentado que la guerra humana es una invención cultural reciente, el resultado de algún otro desarrollo reciente como el origen de la agricultura”.
Pero las observaciones de los chimpancés realizadas por la legendaria primatóloga Jane Goodall y otros investigadores ponen en duda la idea de que la guerra sea un desarrollo humano moderno. Al fin y al cabo, los humanos y los chimpancés son las dos únicas especies del mundo de las que se sabe que se atacan entre sí en embestidas organizadas. “Quizás este comportamiento se originó en un ancestro común hace unos 5 o 7 millones de años”, remarcó Wilson.
Sin embargo, otros científicos sostienen que las intrusiones humanas son las culpables de la agresión coordinada y letal de los chimpancés. A medida que crece la población en África, la gente está invadiendo los hábitats de los chimpancés. Los madereros talan los bosques, los agricultores desbrozan la tierra para los cultivos y los cazadores matan a los chimpancés para alimentarse.
“La gente ha argumentado que estos impactos humanos crecientes también podrían estar ejerciendo más presión sobre las poblaciones de chimpancés, lo que llevaría a una mayor violencia de los chimpancés”, añadió Wilson.
Él y sus colegas colaboraron con investigadores que estudian a los chimpancés y a los bonobos, otro simio que comparte un ancestro común con los humanos. En total, los científicos recogieron datos sobre 18 grupos de chimpancés y cuatro de bonobos que viven en África.
Los chimpancés mostraron 152 asesinatos, de los cuales 58 fueron observados por los científicos, 41 se dedujeron y 53 se sospecharon en 15 comunidades, según los investigadores. Los bonobos presentaron un presunto asesinato, según los investigadores. “Los diferentes actos de violencia no dependían de los impactos humanos”, detalló el especialista.
Por el contrario, los ataques fueron más comunes en lugares con muchos machos y con una alta densidad de población. Además, los chimpancés de África oriental mataban con más frecuencia que los de África occidental, según el estudio.
Como es lógico, los bonobos mostraron poca violencia. “No encontramos ningún caso definitivo de matanza por parte de los bonobos, aunque hubo un caso de un bonobo macho que fue gravemente atacado por miembros de su propio grupo y nunca más se le volvió a ver”, finalizó.
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