Una de las enfermedades “más comunes” en los gatos es el Virus de Inmunodeficiencia Felina (VIF) a nivel mundial el 14 por ciento de los gatos es portador de este virus, sin embargo al contrario de la creencia popular, su esperanza de vida puede ser larga y saludable a pesar de contraer este padecimiento.
Este agente que afecta de manera directa el cerebro de los felinos fue descubierto en 1987 por científicos estadounidenses y fue catalogado como un lentivirus, debido a su largo periodo de incubación.
La identificación temprana de esta enfermedad podría cambiar la calidad de vida del gato, tanto a corto como a largo plazo; asimismo, no porque es seropositivo significa que deba ser sacrificado, puesto que éstos “pueden vivir al igual que gatos seronegativos durante mucho tiempo”, de acuerdo con los veterinarios Axel Iván Castro y Sonia Marli Salgado, en su tesis registrada en la Universidad Nacional Agraria de Nicaragua.
La transmisión de este virus se da a través del mordisco, los gatos que tienen un largo historial de confrontaciones con otros de su especie son más propensos a contraer el VIF. Otra manera por la cual se pueden contagiar es a través de la transmisión de madre a hijo, tres de cada cuatro gatos que nacen de una mamá infectada contraerán el agente infeccioso.
Dichos especialistas aclararon que el contagio entre los gatos durante las relaciones sexuales se da por el mismo medio, la mordida y descartaron que se dé a través del intercambio de fluidos sexuales.
En su estudio de caso del VIF en los gatos nicaragüenses, los científicos comentaron que el comportamiento sexual de los felinos domésticos es polígamo, e incluso es posible que en la misma camada se encuentren cachorros de distintos padres.
Un virus exclusivo de los gatos
El hablar de virus o la transmisión del mismo genera incertidumbre sobre un posible contagio hacia los humanos, debido a que el 60 por ciento de las enfermedades infecciosas en las personas son de origen zoonótico, de acuerdo con la Organización Mundial de la Salud (OMS).
Sin embargo, el Virus de Inmunodeficiencia Felina es exclusivo para los felinos, la Asociación de Veterinarios Españoles Especialistas en Pequeños Animales (AVEPA) especificó que no existe el riesgo de una infección cruzada entre gatos y humanos.
Es importante señalar que la mayoría de los gatos que son portadores del virus son asintomáticos en una etapa temprana, la cual puede durar bastantes años.
El VIF deteriora el sistema inmunológico de los gatos, lo que provoca que las especies infectadas sean propensas a contraer infecciones secundarias como fiebre, conjuntivitis, diarrea, además son más vulnerables a desarrollar cáncer.
“Las infecciones secundarias pueden ser tratadas de forma efectiva con antibiótico, pero no hay un tratamiento específico para el virus”, especificó la AVEPA.
Hacer pruebas periódicas
Por la misma razón de que en los primeros años los gatos portadores de VIF no presentan algún síntoma, la Dra. Tania Díaz Hernández resaltó para la revista UNAM Global de la Universidad Nacional Autónoma de México, la necesidad de realizarles pruebas periódicas, también para descartar virus como la leucemia felina.
“Realizarle pruebas de laboratorio es una de las cosas básicas que debemos hacer como dueños. Cuando se sospecha que pudiera tener VIF, se recomienda realizar pruebas de manera frecuente”, comentó la especialista a la revista digital de la UNAM.
Hay diferentes tipos de pruebas para detectar el Virus de Inmunodeficiencia Felina, algunas de ellas se entregan en 10 minutos y frecuentemente no son costosas.
De ser seropositivo, Díaz Hernández recomendó acudir al veterinario cuando el gato esté triste o no esté comiendo (al menos, hay que llevarlo a consulta dos veces al año), no provocarle estrés y prevenir que salga de casa.
SEGUIR LEYENDO: