El xoloitzcuintle —literalmente: “compañero que tiene los dientes filosos como de obsidiana”— es un perro asombroso que se ha preservado desde tiempos inmemoriales, que sobrevivió a la invasión y pretendida conquista española y a un reciente riesgo de extinción para convertirse actualmente en una de las razas emblemáticas y favoritas de mexicanos y extranjeros en ese país.
Otro significado de su nombre en nahuatl es “perro raro” o “perro arrugado”. Se trata de un perro sin pelo producto de una anomalía genética asociada a una falta dentaria de por lo menos el primer premolar lo que aumenta físicamente la profundidad de su mordida dándole la característica de ser falsamente filosa.
Sus características se han preservado con el paso de los siglos perdurando su peculiaridad genética dominante. Fueron compañeros de las antiguas culturas americanas, sobrevivieron a la colonización española y superaron una alerta de extinción. Su antigüedad data de más de 3.500 años y día a día se encuentran indicios que permitirían asegurar orígenes más remotos.
En el marco de la religiosidad de los pueblos originarios eran vistos como un puente sagrado entre el mundo de los vivos y los muertos, siendo la guía hacia el inframundo.
No obstante su rol como deidad, también proveía proteína animal en ocasiones muy especiales ya que se vendía en al mercado de Tlatelolco, como lo certifica la maqueta existente en el Museo de Antropología de Chapultepec.
Este destino alimenticio está ligado a las características desérticas del territorio con ausencia casi absoluta de proteínas de origen animal. En la segunda mitad del siglo pasado, estos perros se catapultaron como un símbolo nacional ligando su figura a personajes como Frida Kahlo y Diego Rivera, que los eligieron como sus animales de compañía.
La piel de los xolos requiere de los mismos cuidados, o tal vez mayores, que la piel de un ser humano, en cuanto a exposición al sol, limpieza y humectación.
Los trabajos de investigación les han otorgado un rol histórico preponderante contribuyendo a que la raza tenga un lugar dentro de la sociedad actual y que cada vez más personas quieran adoptar un perro con estas características.
Los xolos, socializan y son tan leales como cualquier otro perro con la peculiaridad de ser un símbolo viviente de la cultura e identidad de México y de la América originaria.
*El Prof. Dr. Juan Enrique Romero @drromerook es médico veterinario. Especialista en Educación Universitaria. Magister en Psicoinmunoneuroendocrinología. Ex Director del Hospital Escuela de Animales Pequeños (UNLPam). Docente Universitario en varias universidades argentinas. Disertante internacional.
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