Desde tiempos inmemoriales, el ser humano ha tratado de establecer cuáles son las diferencias conceptuales que lo separan del resto de los animales. Es que, lo cierto es que a todos nosotros nos asombra observar el maravilloso y variado panorama que plantea la naturaleza.
Pensemos que desde un mosquito hasta un elefante, pasando por el ser humano, el perro y un árbol, todos tienen una constitución básica o una arquitectura organizacional semejante, desde el punto de vista biológico.
Los ladrillos son parecidos, la diferencia está en como los ponemos, en donde ubicamos las aberturas y en qué tipo de techo le hacemos a la casa. Sin embargo y en resumidas cuentas: todos tienen ladrillos parecidos, aberturas y techo.
Puede ser que la casa se transforme en un edificio inteligente con cámaras que monitoreen lo que está ocurriendo en su interior o simplemente en un ranchito con piso de tierra. Dentro de toda esta gran variedad, el ser humano, que es el que escribe la historia, siempre se ha planteado como un alguien diferente en ventaja, siempre para más, estableciendo particularidades diferenciales con respecto a los otros animales.
Los animales y el ser humano aunque juntos en la historia, en la religión, las creencias y la cultura, obviamente, no son iguales. Desde el punto de vista de la ciencia moderna, las diferencias entre ellos son puntuales y claras:
Palabra articulada
- La palabra articulada es una de las características diferenciales más importantes que existen entre ellos. Los animales son capaces de tener su propio lenguaje mezclando el lenguaje corporal con algunos sonidos, pero lo que no pueden es articular palabra. Nosotros articulamos palabras, frases, oraciones, párrafos, textos, conceptos e inclusive somos capaces de transmitirlos de generación en generación a través de la escritura y con la revolución informática y de los medios a través de cualquier soporte que permita perdurar en el tiempo.
Los animales, al no tener palabra articulada, restringen su comunicación al lenguaje las menos veces simbólico, corporal y de algunos sonidos relacionados. La palabra articulada queda reservada al ser humano, por la posición de la laringe y también la existencia de una complejidad particular dentro del cerebro humano (zonas de Broca y de Wernicke) que es lo que le permite la rápida articulación de conceptos en la palabra.
Capacidad de abstracción
- Relacionada con la palabra articulada está lo que llamamos capacidad de abstracción. Los animales pueden tener capacidad de aprendizaje y posibilidad de percepción de objetos concretos.
La capacidad de abstracción es la cualidad que nos permite pensar por ejemplo en la “fe” sin ver una imagen de una iglesia y pensar en la “esperanza”, sin pensar en el color verde. Es la misma razón que nos permite saber cuál es el concepto de la palabra “de” que indica posesión sin necesidad de imaginar algo corpóreo y tangible a la hora de expresarnos.
A esto lo llamamos capacidad de abstracción. Se supone que la capacidad de abstracción de los animales es mucho más limitada que la del ser humano ya que está íntimamente relacionada con la palabra articulada, y es imposible entender el concepto de algunas palabras sin tener esta segunda capacidad.
Noción de futuro consciente
- La tercera diferencia importante que tienen los animales y el hombre, es la noción de futuro consciente.
Cuando el mono se va a dormir a la noche en la selva y se refugia en un árbol, lo hace porque tiene miedo y sabe que esa es una situación de absoluta vulnerabilidad, pero no sabe que al otro día va a amanecer y así repite una circunstancia sin ninguna capacidad de proyección. El ser humano tiene pasado y tiene presente, pero su realidad permanente está muchas veces focalizada hacia el futuro del que comprende su existencia.
Sabemos que al otro día amanecerá, que diciembre será el mes en que exista la Navidad y que en el hemisferio sur la gente se vaya de vacaciones en el verano. Esta noción pareciera ser que los animales no la tienen tan pulida y acabada.
Los animales tienen memoria, conocen el pasado, tienen presente, pero pareciera ser que no pueden proyectar, por lo menos conscientemente, el futuro.
*El Prof. Dr. Juan Enrique Romero @drromerook es médico veterinario. Especialista en Educación Universitaria. Magister en Psicoinmunoneuroendocrinología. Ex Director del Hospital Escuela de Animales Pequeños (UNLPam). Docente Universitario en varias universidades argentinas. Disertante internacional.
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