Las diferencias entre perros y lobos son varias y muchas. Estas distinciones son el fruto de una selección genética que ha priorizado en el perro características como su capacidad de guarda y defensa, su tamaño o sus habilidades sociales.
Un caniche y un lobo tienen diferencias evidentes, como ser su aspecto, pero la herencia genética del lobo está presente en todos los perros, salvo dos genes, y se hace patente en aspectos como sus gestos corporales para comunicar información y emociones a sus congéneres: ya sea enojo, sumisión o miedo.
Los perros que tienen menos contacto con seres humanos por diversas circunstancias, como es el caso de los perros asilvestrados, es más habitual que conserven mayores similitudes de comportamiento con su ancestro lobuno. La conducta indómita similar al lobo les permite sobrevivir en el día a día, cuando precisan obtener por sí mismos alimento, cobijo y protección frente a sus enemigos.
Los perros de ciudad, que tienen un estrecho contacto con el ser humano, tienden a desarrollar comportamientos más adaptados a ese entorno, alejándose de los lobos.
Una de las diferencias más característica entre lobos y perros es que el lobo es desconfiado y huidizo frente a la presencia humana, como una estrategia de supervivencia. Sus genes contienen la impronta de la huida inmediata frente a las amenazas.
Los perros, por su parte, tienen más desarrolladas que los lobos sus capacidades sociales para relacionarse con los humanos. El cráneo, los dientes y también el cerebro del perro son de menor tamaño que los del lobo.
En cuanto a su genética , el perro tiene dos genes diferentes que el lobo no posee, uno determina su comportamiento infantil a lo largo de toda su vida y el otro le permite la digestión del almidón.
Lobos y perros son cánidos, por eso ambos aúllan. cuanto al ladrido, aunque los lobos pueden hacerlo son menos ladradores que los perros, sin olvidar que existen razas, como los nórdicos (siberian husky por ejemplo) a los que también es muy extraño oírlos ladrar.
Ambas especies pueden escarbar para esconder restos de comida, aunque en el caso de los lobos es más habitual comer en grupo y no dejar restos de alimento. El lobo y el perro poseen un sentido del olfato y del oído muy desarrollados, así como una visión adaptada a la oscuridad.
Ambas especies son sociales y precisan de la relación con un grupo, ya sea integrado por otros congéneres, como es el caso del lobo, o por seres humanos, como es el caso del perro al integrar su “manada multiespecie”.
Tanto lobos como perros, además, poseen un sistema de comunicación similar a través de señales visuales que emiten con su cuerpo (posición orejas, cola u ojos) y olfativas (orina, glándulas anales).
Iguales pero diferentes cada uno cumple un rol y los perros acompañan al ser humano desde hace 30.000 mil años en un pacto que se podría definir diciendo “yo te cuido de noche si me das cobijo y alimento de día”.
*El Prof. Dr. Juan Enrique Romero @drromerook es médico veterinario. Especialista en Educación Universitaria. Magister en Psicoinmunoneuroendocrinología. Ex Director del Hospital Escuela de Animales Pequeños (UNLPam). Docente Universitario en varias universidades argentinas. Disertante internacional.
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