Los gatos son animales adorables y curiosos que son capaces de hacernos sonreír manifestando su cercanía y afecto pero cómo contraste, también manifiestan ser muy independientes con costumbres de difícil compatibilización con nuestra vida cotidiana.
Al adoptar un gato se tiene que tener en cuenta que es importante contar con un espacio adecuado haciendo las adaptaciones necesarias en el lugar para mantenerlo dentro del hogar.
Es fundamental generar las muestras de afecto idóneas que le gustan a esta especie para no incomodarlos propiciando un vínculo de confianza y de óptima convivencia en el menor tiempo posible.
Es muy importante, definir el lugar donde el animal hará sus necesidades básicas, la elección del mejor tipo de lecho (las piedras sanitarias) y cómo optimizar la limpieza de la bandeja para minimizar los malos olores.
La adopción es un momento de transición para ambos, el ser humano y el gato, pues al decidir compartir la vida, el cambio de rutina será inevitable, con un mismo proceso de adaptación que llevará el animal en un nuevo entorno.
Los gatos son felinos y como buenos representantes de esta familia tienen garras afiladas que suelen limar permanentemente, al mismo tiempo que se distraen jugando, sin importar donde lo hacen.
Los gatos manifiestan esta conducta para afilar sus uñas, desprendiéndose de las fundas viejas para dar paso a las nuevas garras afiladas. Mientras hacen esta actividad van impregnando el sudor producido por las glándulas de sus patas, lo que les permite marcar su territorio.
Veamos algunos remedios caseros que se pueden utilizar para evitar las consecuencias de esta conducta sobre el mobiliario:
Una solución para distraer la atención del gato son los rascadores, de los cuales existen innumerables versiones caseras de excelente resultado. El cartón corrugado colocado en forma vertical en sus acanaladuras es muy adecuado para ello.
La hierba gatera (Nepeta cataria) es un recurso muy útil. Se trata de una planta herbácea que provoca una reacción excitatoria en el 80 % de gatos expuestos a su presencia, gracias a la Nepatalactona, una sustancia que se relaciona con el sistema nervioso central, en las áreas responsables de la conducta sexual.
Para utilizarla, hay que frotar en los sitios en los queremos que nuestro gato vaya, incluyendo su rascador y a la bandeja sanitaria.
El aroma del romero resulta ser de los menos gratos para los gatos. Por esa razón realizar una infusión concentrada de romero, dejándola enfriar, para rociar con ella las superficies que no queremos que rasguñe.
La mezcla de vinagre blanco con agua, colocando partes iguales de vinagre y agua, y rociar con ella los muebles.
Es importante no retar a los gatos, bajo ningún concepto, pues estas conductas son parte de su naturaleza.
El Prof. Dr. Juan Enrique Romero @drromerook es médico veterinario. Especialista en Educación Universitaria. Magister en Psicoinmunoneuroendocrinología. Ex Director del Hospital Escuela de Animales Pequeños (UNLPam). Docente Universitario en varias universidades argentinas. Disertante internacional.
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