Un Chihuahua es tan perro como un Gran Danés a pesar de que el primero apenas despegue del kilo de peso y el segundo llegue a los 100 kg, las más de las veces.
El perro es, sin duda, la especie de mamífero que más diferencias presenta en cuanto a peso y tamaño entre las diferentes razas. La explicación sobre semejante variedad se basa en la genética de los lobos antiguos.
Si hacemos un viaje imaginario por la historia genética de los perros, a través de los miles de años de su evolución, se puede descubrir por qué hay individuos tan grandes y a la vez tan pequeños en la misma especie.
El responsable parece ser un gen que gobierna a la hormona del crecimiento IGF1, descubierto hace unos 15 años. Este gen tiene un papel fundamental en la variación del tamaño del perro y ha sido la “punta del ovillo” para descifrar este curioso destino canino.
Entre las razas de perros de la antigüedad, más de 200 años atrás, la diferencia de tamaño no era tan marcada como en la actualidad. Hoy en día las razas más grandes son hasta 40 veces mayores que las más pequeñas.
Los estudios más recientes permitieron determinar cuándo se produjo el cambio genético responsable del cambio y la variación de tamaño.
Hace dos siglos se agranda la diferencia entre perros grandes y pequeños. La modificación del gen que participa en el control de los niveles de la hormona del crecimiento es la responsable de este fenómeno.
Se han identificado dos versiones (alelos) del gen que gobierna a la hormona del crecimiento. Hay perros que poseen los dos alelos de una versión (tamaño pequeño) y perros que poseen los dos alelos de la otra versión (tamaño grande). Unos pesan menos de 15 kg y otros pesan más de 25kg. Los cánidos que tienen una copia de cada alelo serían los de tamaño intermedio entre estos pesos.
El proceso no es privativo de los perros, ya que se repite en lobos, zorros, coyotes y en todos los cánidos. La versión del gen vinculada a cuerpos pequeños sería evolutivamente, más antigua que la vinculada a cuerpos grandes.
La conclusión está basada en que los zorros y los coyotes, más pequeños que las razas grandes actuales de perros, poseen dos copias de la versión pequeña, como tal vez la tenían los ancestros comunes de estas especies. El alelo de cuerpo grande, se lo halló en un antiguo lobo siberiano lo que lleva a pensar que podría haber sido beneficioso para ellos.
Según las últimas investigaciones, el tamaño corporal pequeño está relacionado con cambios genéticos relativamente nuevos, exclusivos de los perros domésticos. Esto se basa también en la certeza del origen del perro en el lobo, descartando su ancestralidad en zorros y coyotes.
Por esta ruta de pensamiento, los perros proceden de los lobos más pequeños que fueron domesticados por el hombre y que serían distintos a los actuales lobos grises que conocemos. No se trata de una única mutación que determina que un lobo termina siendo del tamaño de un chihuahua, sino que muchas mutaciones recientes, sucesivas y concomitantes tienden a empequeñecerlo.
*El Prof. Dr. Juan Enrique Romero @drromerook es médico veterinario. Especialista en Educación Universitaria. Magister en Psicoinmunoneuroendocrinología. Ex Director del Hospital Escuela de Animales Pequeños (UNLPam). Docente Universitario en varias universidades argentinas. Disertante internacional.
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