Más de una vez algún tutor despistado y no muy idóneo en los temas del mundo animal, al ver a un perro acostado de espaldas e inmóvil puede haber pensado que estaba muerto.
Inclusive, se puede llegar al extremo de llamar sin respuesta hasta que al tocar en la panza al supuesto occiso, el personaje lentamente abre los ojos, se lame los dientes en señal de agradecimiento por la caricia, da un enorme bostezo y vuelve a dormirse, tan tranquilamente.
Muchas personas han experimentado momentos similares de pánico ya que muchos animales verdaderamente mueren panza arriba.
Sin embargo, los perros, las más de las veces, se acuestan de espaldas por el mero placer de hacerlo, especialmente cuando se disponen a dormir una siesta.
Es una postura que indica que están seguros y muy contentos con la vida. Un perro que duerme de espaldas realmente se siento cómodo y muy seguro.
Es muy difícil de estimar la sensación de seguridad personal que inspira a los perros a asumir esta posición. La panza es su parte más suave y vulnerable. Por eso, la propensión natural es mantenerla escondida y oculta.
Las veces que se acuestan de espaldas, sin hacerlo para descansar, es cuando intentan apaciguar a otro perro (o persona) demostrando cuán indefensos están o cuando se sienten tan a salvo y en paz, olvidándose del todo de su temor instintivo.
Una vez que los perros se sienten lo suficientemente seguros como para acostarse de espaldas descubren muchas buenas razones para hacerlo.
En la temporada de calor, por ejemplo, es frecuente que los perros se acuesten de espaldas como una manera de controlar la temperatura. Se acurrucan para mantenerse calientes y se estiran para refrescarse.
Los perros tienen menos pelo y más terminaciones nerviosas en la panza, de modo que exponer la panza al aire probablemente se sienta muy agradable.
Otra razón por la cual los perros se acuestan de espaldas es para tomar sol. Aparte de sus trufas o narices, la panza es el único lugar que no está cubierto de un denso pelaje.
Los perros no piensan en quemaduras por el sol, y la sensación del sol directo les es agradable. Por último, muchos perros se acuestan de espaldas porque saben que así obtendrán atención.
Cuando tienen motivo para pensar que pronto les darán una caricia en la panza, o esperan de este modo incitar a alguien que les dé una, seguramente se pondrán de espaldas, separarán las patas, y pondrán su panza en la posición más “acariciable”.
Cuando un perro se pone de espaldas delante de una persona, generalmente es porque pide amor y atención. Si al hacerlo, recibe una caricia en la panza, será lo suficientemente inteligente para hacerlo pronto otra vez.
*El Prof. Dr. Juan Enrique Romero @drromerook es médico veterinario. Especialista en Educación Universitaria. Magister en Psicoinmunoneuroendocrinología. Ex Director del Hospital Escuela de Animales Pequeños (UNLPam). Docente Universitario en varias universidades argentinas. Disertante internacional.
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