1 - ¿Por qué dan vueltas en círculo antes de acostarse?
No importa el lugar ni su raza, todos los perros no se echan ni se acuestan a dormir en un instante ni de un momento a otro. Antes de hacerlo dan vueltas y vueltas, algunas veces más, otras veces menos, pero siempre dan vueltas.
Poco importa donde estén o a que estirpe pertenezcan, desde un chihuahua hasta un gran danés, pasando por los inefables sin raza, todos dan vueltas en círculos a la hora de acostarse.
El por qué lo hacen nos lleva a remontarnos a su ancestro lobo que antes de acostarse combinaba dos motivos para dar esas vueltas: el primero aplastar los pastos para generar un lecho mullido y el segundo otear el horizonte en un radio de 360º para despejar cualquier amenaza.
Nuestros perros no saben que el patio tiene mosaicos o porcelanato la cocina, el designio del comportamiento innato que le viene desde el lobo hay que cumplirlo y así se hará.
2 - ¿Por qué se revuelcan en el polvo, en el pasto o en el barro?
Los perros se revuelcan dando vueltas sobre su espalda en el suelo por diferentes razones. Si lo hacen en el suelo duro o en el pasto generalmente están anunciando una tormenta cercana ya que con su olfato privilegiado son capaces de percibir el olor a ozono, que predice un desequilibrio meteorológico con muchas horas de anticipación.
Esa actitud está anticipando el comportamiento que tendrán cuando la tierra se transforme en barro después de la lluvia.
Cuando se revuelcan en el barro lo hacen para cubrirse de una capa que cuando se seque evitará el ataque de insectos. Si la revolcada es sobre polvo fino el objetivo será una “limpieza en seco”.
Pero cuando se revuelcan en la bosta o en cualquier inmundicia el objetivo será identificarse con el olor de la presa o confundirla al momento de la cacería. Este es otro comportamiento que arrastran nuestros perros desde la conducta silvestre de los lobos, sus ancestros, aunque vivan alejados del mundo natural.
¿Por qué los perros sonríen o se ríen?
Muchos tutores (antes dueños) afirman que su perro se ríe o por lo menos que se sonríe. Una gran mayoría afirma que lo hace a la orden y se apresuran a mostrar esa habilidad pretendidamente humorística de su animal. Lo cierto es que la risa, concebida como tal, es un proceso exclusivo del ser humano.
Los chimpancés son capaces de mostrar sus dientes en una actitud parecida a nuestra risa, pero con un significado muy distinto, ya que es simple y sencillamente la mostración de las armas con las que concretarán un ataque inmediato.
Los caballos “fleman”, entendiendo por “flemido” a la actitud que llevan a cabo cuando se encuentran plenos y felices y ese estado los lleva a relinchar levantando su enorme labio de manera compulsiva y reiterada. A ese fenómeno se lo llama: flemido.
Parece ser que la pretendida “risa” de los perros se corresponde a esta expresión del caballo que se repite en el perro y que asociándolo a una palabra en el más claro condicionamiento operante su tutor logra repetirlo a la orden.
*El Profesor Dr. Juan Enrique Romero @drromerook es médico veterinario. Especialista en Educación Universitaria. Magister en Psicoinmunoneuroendocrinología. Ex Director del Hospital Escuela de Animales Pequeños (UNLPam). Docente Universitario en varias universidades argentinas. Disertante internacional.
SEGUIR LEYENDO: