Los perros son, seguramente, una de nuestras mejores compañías. Están siempre junto a nosotros, son nuestro recibimiento al llegar a casa, se entristecen cuando faltamos o cuando nos vamos y muchos nos acompañan hasta el baño. Pero, y en toda relación siempre hay un pero, todo lo bueno que nos da este animalito de cuatro patas también tiene también algo malo, como son los olores.
Aunque nos pasemos muchas horas al día limpiando la casa con los mejores productos siempre queda ese olor particular de los perros, que la mayoría de las veces es desagradable.
Mucho de esto se puede evitar siguiendo algunos consejos de cómo higienizar a los perros y a su cama, previa visita a tu veterinario de confianza para descartar cualquier causa orgánica de enfermedad. Aquí algunos puntos a tener en cuenta:
La salud del perro
Una consulta a tiempo con tu veterinario de confianza puede detectar tempranamente enfermedades que puedan determinar olores desagradables en nuestro perro.
Esas enfermedades van desde el sarro dentario (odontolitiasis), la otitis, los tumores en la boca, las úlceras de la piel y las infecciones cutáneas; hasta los estados de compromiso general que afectan a la piel, como el hipotiroidismo y muchos otros con consecuencia secundaria infecciosa o seborreica seca o húmeda.
El cepillado: un aliado indiscutido
Un perro de pelo largo o semilargo requiere un cepillado semanal con una cardina adecuada que permita retirar el pelo muerto y que, además del efecto estético, devuelva la salud en su apariencia y sostén a la piel y al pelo. Los perros de pelo corto pueden recibir ese cepillado con una rasqueta de goma para caballos, eliminando el pelo muerto con esa acción. Hacerlo semanalmente puede ser una sana costumbre.
Mantenerlos bien cepillados es una importante disciplina ya que, a diferencia de los gatos que se limpian solos, los perros no lo hacen, evitando de esa forma el pelo muerto o apelmazado que constituye la famosa “lana de piedra”. Es importante recordar que los perros tienen dos mudas estacionales del pelo interno a las que podemos ayudar con esta conducta.
El baño: la importancia de realizarlo periódicamente
Si hubiera que generalizar un consejo sobre la periodicidad el baño habría que dividir a los perros en varias categorías:
- Los de pelo largo o semilargo deberían ser bañados cada 15 a 21 días, según necesidad.
- Los de pelo corto, por otra parte, deberían ser bañados cada 21 días o más, pudiendo obviar el baño con un cepillado y un cepillo de cerda dura previo espolvoreado con fécula de maíz. Este procedimiento de “baño seco” arrastrará al pelo muerto adherido eléctricamente a las partículas de fécula. Si luego le pasamos una franela sobre el cuerpo, por el mismo fenómeno de adsorción eléctrica, nos llevaremos los pelos que hayan quedado adheridos en la superficie corporal.
Si bañamos a nuestro perro en casa es fundamental elegir el mejor champú posible que debe ser especial para perros, ya que los champús de seres humanos o los jabones blancos tienen una acidez diferente, que resulta perjudicial para los animales.
El lavado de la cama y sus mantas
Esto es muy importante, ya que es lo que puede generar más olor y es por eso que debemos hacer un lavado periódico de su cama y cambiar frecuentemente las frazadas o colchas que ellos usen.
De todas maneras, muchas razas de perros tienen un olor intenso propio que será muy difícil evitar. Esto se da sobre todo en los perros de caza (Cocker Spaniel, Beagle, Basset Hound, etc.) que poseen esta característica para diferenciarse del olor de la presa y reconocer a sus compañeros de jauría o manada en acción.
*El Prof. Dr. Juan Enrique Romero @drromerook es médico veterinario. Especialista en Educación Universitaria. Magister en Psicoinmunoneuroendocrinología. Ex Director del Hospital Escuela de Animales Pequeños (UNLPam). Docente Universitario en varias universidades argentinas. Disertante internacional.
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