La naturaleza es fascinante. Y muy extraña. Los seres humanos conocemos muy poco de los misterios que abundan en el fondo del océano, por lo que los científicos siguen descubriendo especies de peces que viven en sus profundidades. Ahora fue el turno de un extraño pez transparente, con una apariencia ligeramente tripofóbica, que una bióloga y su equipo encontraron en las aguas de Alaska.
Se lo conoce como pez caracol manchado y su nombre técnico es Crystallichthys cyclospilus. Ciertamente tiene una apariencia extraña, con un cuerpo transparente de tono rojizo que le permite esconderse fácilmente en las oscuras profundidades del océano que rara vez ven la luz del sol.
“¡Hace mucho tiempo que esperaba ver uno de estos en persona!”, tuiteó Sarah Friedman, bióloga de peces de la Oficina Nacional de Administración Oceánica y Atmosférica de los Estados Unidos. Friedman y su equipo vieron los peces durante una encuesta que la NOAA realiza cada año en las Islas Aleutianas frente a Alaska.
“Encontramos cuatro o cinco hasta ahora, en el par de semanas que hemos estado fuera”, dijo Friedman a Mashable. Sin embargo, es poco probable que la persona promedio vea este pez en particular. “Se encuentran alrededor de 100 a 200 metros de profundidad. Así que diría que la persona común en general nunca se encontrará con uno de estos peces”, explicó.
Su equipo también vio una gran araña de mar de color naranja con patas que parecen zancos, conocida como Colossendeis. Esta criatura puede crecer hasta 50 centímetros y vive a profundidades de 2.200 a 4.000 metros. La dieta de las arañas marinas incluye medusas, anémonas de mar y otros invertebrados.
Friedman explicó que el pez caracol manchado tiene otras características distintivas, incluidas ventosas en la parte inferior de su cuerpo que les permiten adherirse a las rocas. La especialista también compartió imágenes de otro pez raro que encontró su equipo: un rape negro y bastante huesudo.
Este tipo de pez es conocido por tener un rayo de aleta modificado que puede volverse luminiscente con la ayuda de bacterias simbióticas. Esa luminiscencia ayuda al rape a atraer a su presa en el agua oscura del océano. También tienen la habilidad única de estirar el estómago para que una comida dure más.
“Terminan con un vientre de burbuja”, dijo a Live Science Mackenzie Gerringer, profesora de biología especializada en peces de aguas profundas. “A veces son capturados y tienen peces enteros en sus estómagos. Si se tocan los estómagos, son bastante blandos, a falta de un término mejor”.
Aunque el rape tiene unos dientes afilados y de aspecto temible, no es un peligro para los humanos debido a su pequeño tamaño, que ronda los 15 centímetros.
Algunas especies de rape también tienen un método único de reproducción que se conoce como parasitismo sexual. Básicamente, el macho muerde a la hembra, que es más grande, y a veces se fusiona con su cuerpo para unir sus tejidos y sistemas. El macho pasa a depender de la hembra de por vida y también se convierte en su proveedor de esperma.
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