Existen varios métodos de evitar los accidentes con perros, y para ello hay que tener en cuenta, lo que algunos han definido como el programa de trabajo “árbol”, es decir, aunque parezca mentira, “nos transformamos en árbol”.
Entre las muchas recomendaciones debe tenerse en cuenta:
1. Nunca mirar fijo a los ojos al estar frente a un perro. Esa mirada es tomada por el animal como un desafío al que hay que responder agresivamente porque puede ser una amenaza.
2. No correr. No se recomienda escapar corriendo ya que el perro despertará repentinamente, de esa forma su instinto de presa y casi seguramente nos perseguirá tratando de atacarnos.
3. Si nos enfrentamos en la calle con un animal desconocido, lo que debemos hacer es sin mirarlo a los ojos, tratar de evitarlo caminando, manteniendo el mismo paso, cruzando de vereda, o sea evitando, por las dudas, el más mínimo contacto con él.
4. Si el contacto es inevitable, entonces nos colocaremos contra la pared y nos quedaremos quietos como un árbol, sin clavarle la mirada, sin gritar ni gesticular. Callados, mirando para arriba y muy quietos. El animal lo máximo que hará es olfatearnos, tal vez marcar su territorio orinando, pero nunca nos atacará. Un animal no ataca si no ve una amenaza o una presa, por eso cuando alguien corre por delante de un perro, el perro lo persigue y lo ataca porque lo ubica como una presa.
5. Si el encuentro ocurre en el medio de la calle, en vez de colocarnos contra la pared, nos pondremos en cuclillas, en posición de salto bomba, contra el piso de la vereda o calle por la cual estamos caminando. El animal nos olerá y levantará la pata probablemente marcando su territorio, pero no podrá tampoco distinguir cuan despegados del suelo estamos y sabrá, si estamos quietos que no somos una amenaza.
Lo que ocurre, en cualquier caso, es que muchos perros no pueden diferenciar bien la profundidad, al tener la posición de los ojos más lateralizada y carecer de visión estereoscópica. El perro, en general, posee una dificultosa o mala visión en profundidad y de esa forma en ambos casos nos vería como “pegados” al piso o a la pared.
La regla de oro que la comunidad debe adoptar
Ningún perro debe salir a la calle si no es con collar, correa y bolsa para recolectar su materia fecal. Un tutor (antes dueño) responsable, debe sacar a pasear a su perro con COCOBOL (collar, correa y bolsa) y no permitir que deambule solo por el barrio.
Eso evitará la procreación indeseada (mejor castrarlos), el fecalismo vial (hacer caca el perro en la vereda del vecino), los accidentes de tránsito y por mordida.
Permitir que el perro deambule solo por el vecindario (costumbre muy arraigada en muchos lugares de nuestro país), no tener cercos perimetrales en las viviendas o que el animal camine suelto puede resultar, sin duda, en desagradables, indeseables y sobre todo evitables accidentes.
*El Prof. Dr. Juan Enrique Romero @drromerook es médico veterinario. Especialista en Educación Universitaria. Magister en Psicoinmunoneuroendocrinología. Ex Director del Hospital Escuela de Animales Pequeños (UNLPam). Docente Universitario en varias universidades argentinas. Disertante internacional.
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