Se dice que los gatos son muy limpitos y muy educaditos. Educaditos porque de cachorros saben ir a una bandeja sanitaria. Y, en realidad, te digo cuál es la trampa: cuando vos tenés un gato donde todo es un piso firme, difícil de rascar y difícil de lograr que se transforme en un escondedor de la materia fecal o de la orina, la única opción es la bandeja sanitaria donde vos ponés una arena, entre comillas, unas piedritas sanitarias que le permiten cumplir con su instinto.
El otro instinto fundamental del gato es lamerse. Y uno dice “qué bueno, se está peinando”. Porque la lengua tiene unos pinchitos muy especiales.
Y sí, indudablemente está acicalándose, pero además de acicalarse, tiene otras características. En verano, se va a lamer con mucha más frecuencia y mucha más cantidad de veces.
¿Por qué? Porque esa es una manera de mojarse, de eliminar calor. Porque los gatos solo transpiran, solo sudan por las manos o por las patas, pero bajo ningún punto de vista en el resto del cuerpo.
Además, lamerse es absorber vitamina A y vitamina D. ¿Viste que al gato le encanta estar al sol? Bueno, eso también tiene que ver con que el sol, a través de sus rayos ultravioletas, cambia la provitamina A y la provitamina D, en propia vitamina A y vitamina D. Y el gato lamiéndose, entonces, puede absorberlas.
Conducta felina
Esta conducta es una de las que refuerza el malentendido sobre la idiosincrasia del gato al que sí había una cosa más que adjudicarse muestra una supuesta actitud “egoísta” cómo si los gatos sólo pensaran en ellos y en su apariencia física tal vez en forma vanidosa y altanera.
Nada más erróneo que esa humanización de una conducta que no sólo está alejada de cualquier soberbia sino que es imprescindible para la sobrevida saludable de cualquier gato. Los gatos se lamen con particular encomio y con un método especial que no permite saltear ni dejar de abarcar ninguna zona del cuerpo.
A las zonas a las que llega las aborda directamente, a las que no llega las alcanza por interpósita mano o a través de las contorsiones más extrañas o precisas. Es cierto el gato, los gatos, se lamen y se lamen bien y son bien prolijos.
Tres causas para lamerse. Primero, la higiene. Segundo, el calor. Y tercero, las vitaminas que su cuerpo tiene.
*El Prof. Dr. Juan Enrique Romero @drromerook es médico veterinario. Especialista en Educación Universitaria. Magister en Psicoinmunoneuroendocrinología. Ex Director del Hospital Escuela de Animales Pequeños (UNLPam). Docente Universitario en varias universidades argentinas. Disertante internacional.
Producción: Dolores Ferrer Novotný. Realización: Samuel Cejas. Edición: Facundo Madero
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