Estudios científicos afirman que compartir la rutina cotidiana con un perro o un gato protege nuestro cerebro, hace más precisa nuestra memoria y enlentece el deterioro de nuestro cerebro que ocurre naturalmente con la edad.
La ciencia ha demostrado que el proceso degenerativo natural puede al menos enlentecerse cuando convivimos y cuidamos durante algunos años a un gato o a un perro.
Las funciones cognitivas de las personas de edad sometidas a la investigación se evaluaron durante años a través de diferentes test que medían la capacidad de recordación de ciertas palabras en diferentes lapsos.
Luego relacionaron esta información con el tiempo en el que cada participante había compartido su vida con un animal de compañía. Cruzando la información de ambos datos concluyeron que las personas mayores que han convivido y atendido a un perro o a un gato durante años demuestran un deterioro menor y más lento de la memoria verbal.
La diferencia a favor se hace marcada y manifiesta a partir de los cinco años de convivencia. Los beneficios cognitivos de vivir con un perro o un gato están relacionados con los mismos mecanismos de protección contra el estrés que nuestros animales son capaces de provocar en los seres humanos y se trata de una confirmación científica de la observación empírica que desde hace tiempo se había apreciado.
Los mismos mecanismos que nos ayudan a amortiguan el estrés serían activados cotidianamente durante nuestra convivencia con los animales definiendo lo que hoy se llama: familia multiespecie.
Estos hallazgos avanzan magnificando nuestra relación respetuosa y responsable con nuestros perros y gatos que, además, puede proteger nuestros cerebros y fortalecer nuestra memoria.
No se está afirmando que la adopción en sí sea un factor determinante del enlentecimiento de los naturales deterioros sino de los beneficios diferenciales que aportaría esa relación sobre la situación.
Por otra parte, la adopción de animales de compañía debe ser un acto responsable y debe partir de una decisión comprometida con su salud y bienestar emocional durante toda su vida sin dejar de lado que el hecho implica una inversión de recursos y tiempo de cuidado.
Convivir con nuestros perros y nuestros nos hace felices a quienes nos preocupamos por ellos y les dedicamos nuestro tiempo y ahora también sabemos que nos ayudan a conservar nuestro intelecto, nuestra genuina alegría emocional y nuestros recuerdos, mejor y durante más tiempo.
*El Prof. Dr. Juan Enrique Romero @drromerook es médico veterinario. Especialista en Educación Universitaria. Magister en Psicoinmunoneuroendocrinología. Ex Director del Hospital Escuela de Animales Pequeños (UNLPam). Docente Universitario en varias universidades argentinas. Disertante internacional
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