Si bien es cierto que muchas especies viven en grupos de diferente composición y niveles de organización como, por ejemplo, los lobos y los leones que viven en manadas, las abejas que lo hacen en enjambres y las aves que viven y vuelan en bandadas, el ser humano ha obtenido ventajas a vivir en un conjunto dándole una dimensión diferente a la vida en grupo.
1 - Seres sociales y grupales
Los humanos necesitamos los unos a los otros y queremos tener cerca a individuos de nuestra especie más que ningún otro animal y sacamos provecho de ello más que ningún otro ser vivo.
Somos capaces de vincularnos provechosamente con extraños de mil maneras al solo efecto del beneficio mutuo.
2 - Agresión
El científico Konrad Lorenz, premio Nobel en 1973 por sus estudios sobre conducta animal, sostenía que no es agresivo aquel que no tiene nada que sostener o defender. Según el investigador australiano, la agresión es un motor fundamental evolutivo.
Vivimos en grupo, sí, pero no todos los humanos se benefician por igual. De hecho, algunos sucumben ante otros. El desarrollo de esa vida grupal seguramente ha tenido episodios agresivos que permitieron asegurar posiciones de dominancia, las que garantizaron la evolución en ese sentido.
3 - Banderas, territorios y guerras
Nos unimos en tribus, y las tribus en naciones hasta llegar a los estados políticos actuales. A partir de estos planteos surge el simbolismo de marcar el territorio físicamente y alegóricamente a través de las banderas que nos identifican y cobijan.
La agresión nos remite al mono territorial primitivo que somos, transformada hoy en la sofisticación de las guerras.
4 - Jerarquía
La jerarquía en distintos niveles es un cambio que nos beneficia. Este rasgo nos permitió organizarnos y lograr beneficios evolutivos muy claros y determinantes.
Un ejército sin general no es un ejército. Más allá de los métodos electivos o autoritarios, el contar con un general permitió ordenar a nuestro ejército para el triunfo evolutivo.
5 - Relaciones sexuales cara a cara y por el mero placer
El ser humano ha llevado un paso más lejos a la reproducción y es, junto a los bonobos, el único tiene relaciones cara cara y por simple placer o ganas.
Así nace el erotismo, distingo propio del humano, diferente de la sexualidad, del cortejo y de la genitalidad.
6 - El uso de las herramientas
Aunque algunos animales son capaces de utilizar herramientas, como es el caso de algunos simios y aves, el ser humano es el único animal capaz de modificar la materia prima transformándola.
La bipedestación, el caminar en dos patas, nos dejó libres las manos con la posibilidad de agarrar herramientas .
Entonces, a pesar de ser débiles intrínsecamente, con las herramientas y las máquinas creadas por el hombre, la fortaleza humana se multiplicó infinitamente.
7 - Evolución permanente
Evolucionamos permanentemente y a una velocidad increíble ya que hemos tardado apenas 8.000 generaciones en llegar a nuestra situación actual.
Este lapso es un suspiro en la escala geológica y es la propia tecnología que inventamos la que nos impulsa a pasos agigantados a adaptarnos como especie a nuestros propios cambios.
*El Prof. Dr. Juan Enrique Romero @drromerook es médico veterinario. Especialista en Educación Universitaria. Magister en Psicoinmunoneuroendocrinología. Ex Director del Hospital Escuela de Animales Pequeños (UNLPam). Docente Universitario en varias universidades argentinas. Disertante internacional.
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