Los gatos domésticos a veces desaparecen durante días antes de, en términos generales, aparecer sanos y salvos. Pero este acto de desaparición relativamente breve no es nada en comparación con el “cat gap”, un período en el registro fósil de hace aproximadamente 25 millones a 18,5 millones de años, cuando los gatos y las especies felinas parecen haber “desaparecido” de América del Norte durante casi 7 años millones de años
Entonces, ¿cuál es la razón de esta brecha? ¿Es solo otro ejemplo del desconcertante comportamiento de los gatos, como su tendencia a sentarse en cajas o correr de un lado a otro en ráfagas aleatorias de velocidad sin la menor provocación? ¿Se cansaron de América del Norte? ¿Será todo un malentendido?
Se han sugerido varias teorías, que van desde que los gatos y las especies parecidas a los gatos se alejaron de América del Norte para encontrar mejores terrenos de caza, hasta que sufrieron el impacto del enfriamiento global provocado por las erupciones volcánicas (que han causado otros eventos de extinción masiva en diferentes periodos de tiempo) o que las condiciones de la época no eran adecuadas para la fosilización.
Pero, según Carlo Meloro, paleontólogo de vertebrados de la Universidad John Moores de Liverpool en el Reino Unido, solo se puede concluir hasta cierto punto con base en el conocimiento y la evidencia actuales. “En cuanto a esas ideas, no deben considerarse más que conjeturas”, explicó Meloro.
“Todo son conjeturas. Si actividades geológicas específicas impidieron que se encontraran gatos en los sedimentos de América del Norte durante este período, no significa necesariamente que no estuvieran allí”, advirtió Meloro y destacó que “una combinación de factores podría haber generado el cat gap”, que posiblemente podría incluir “cambio climático, competencia con otras especies y desplazamiento ecológico”.
David Polly, paleontólogo de la Universidad de Indiana en Bloomington, estuvo de acuerdo. “La ausencia de gatos no puede explicarse por la ausencia del registro fósil”, dijo. Sin embargo, Polly cree que puede haber una explicación más obvia, y Meloro la apoya. “La exclusión de los gatos de América del Norte es, hasta cierto punto, simplemente una coincidencia que involucra la extinción de un grupo similar a los gatos y la incapacidad de otro para ingresar a América del Norte”, explicó Polly a Live Science. En otras palabras, la “brecha” podría ser real.
Antes del cat gap, según Meloro, existían tres familias taxonómicas de gatos: Nimravidae, Barbourofelidae y Felidae, todas ellas pertenecientes al orden taxonómico Carnivora. Los Nimravidae, comúnmente conocidos como “falsos gatos de dientes de sable”, y los carnívoros de tipo felino Barbourofelidae, ambos extintos, tenían características similares a las de los gatos domésticos modernos. Aunque son biológicamente similares, no están directamente relacionados con los gatos actuales. Los felinos, por el contrario, son.
“Un gato verdadero es uno que está estrechamente relacionado o es un antepasado de los félidos vivos, que incluyen gatos, leones , tigres y servales”, remarcó Polly. Estos tres grupos taxonómicos, aunque similares en apariencia y composición genética, no vivieron todos en las mismas regiones al mismo tiempo. Este punto, según Meloro y Polly, es crucial para comprender la diferencia entre gatos.
“En América del Norte, los Nimravidae se pueden encontrar durante el Oligoceno y hasta hace 28,7 millones de años, por lo que parecen haber desaparecido justo antes de la brecha del gato”, dijo Meloro. “Barbourofelidae, mientras tanto, llegó a América del Norte después de la brecha del gato, con miembros del género Barbourofelis que aparecieron hace entre 11,5 millones y 9,8 millones de años”.
La desaparición de los nimrávidos, según Polly, “define el inicio de la brecha felina”. Para él, es probable que la extinción de la especie fuera el resultado de que el ecosistema norteamericano cambiara de tal manera que se hiciera “difícil funcionar como hipercarnívoro”. Polly añadió que, durante ese tiempo, los herbívoros -las probables presas de los nimravívoros- desarrollaron “especializaciones para una locomoción más rápida que cubriera grandes distancias”, lo que habría hecho mucho más difícil para un hipercarnívoro cazar comida de forma constante.
Así que, según Meloro, una especie “parecida al gato” ya se había extinguido en la época de la brecha de los felinos, y otra aún no había llegado a América del Norte. Pero, ¿qué hay de los félidos, los verdaderos parientes de los gatos actuales? “La inmigración de félidos a Norteamérica requería una conexión terrestre con Eurasia y ecosistemas en los que los gatos pudieran prosperar”, destacó Polly. “El nivel del mar subió y bajó en el Mioceno hace 23,03 millones a 5,3 millones de años, y los gatos probablemente cruzaron a América del Norte entonces, probablemente a través de Siberia hasta Alaska”.
“La disponibilidad y viabilidad del puente terrestre habría requerido tanto un nivel de mar bajo como ecosistemas adecuados en la zona del puente terrestre”, añadió Meloro. También es probable que sea así como los Barbourofelidae llegaron a residir en Norteamérica.
Por lo tanto, se han descubierto muy pocos fósiles de gatos o especies parecidas a los gatos en América del Norte durante el período de la “brecha de los gatos”, cree Polly, porque sencillamente no hay ninguno que encontrar. Pero, incluso si hay fósiles de gatos en América del Norte de este período listos y esperando a ser descubiertos, no hay garantía de que se encuentren en gran número, según otro experto.
David Martill, paleontólogo de la Universidad de Portsmouth (Reino Unido), ha sugerido que la falta de fósiles de Felidae de este periodo podría ser el resultado de que muy pocas personas intenten buscarlos. “¿Cuánta gente sale a buscar fósiles de gatos?”, se preguntó. El experto también señaló que estas lagunas en los fósiles son comunes. “El registro fósil es extremadamente irregular”, dijo y agregó: “El registro estratigráfico de capas de roca está lleno de lagunas temporales. De hecho, hay más lagunas que registros”.
“El registro fósil no muestrea de manera uniforme toda Norteamérica, por lo que es posible que los nimravidios persistieran más tarde de 23 millones de años en algunos rincones del continente, o que los félidos llegaran a algunas zonas antes de hace 17 millones de años”, subrayó.
Sin embargo, no está del todo convencido. “El registro fósil de mamíferos, incluidos los carnívoros, es muy bueno en América del Norte durante la cat gap. Tenemos entre cientos y miles de yacimientos de fósiles durante ese intervalo, con decenas de miles y quizá millones de fósiles”, finalizó Polly.
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